martes, 31 de julio de 2018

FRANCIA SE BAJA LOS PANTALONES Y SE LLENA DE VASELINA PARA QUE LE ENTRE SIN DOLOR


El Ejército sirio intensifica las operaciones contra los últimos feudos del grupo terrorista Daesh en Daraa y corta sus vías de suministro.
Según ha informado este lunes la agencia siria oficial de noticias SANA, las Fuerzas Tigre, unidad de élite del Ejército sirio, han comenzado una operación a gran escala en el oeste de la localidad de Al-Shayara para recuperar las zonas controladas por los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe) en el suroeste de la provincia de Daraa.
En esta ofensiva, apoyada por la aviación rusa, las fuerzas sirias han logrado golpear las posiciones fortificadas de Daesh en la aldea de Abdin, cortando así las vías de suministro a la localidad de Al-Shayara, el principal bastión de los extremistas, ubicado a unos kilómetros de los ocupados altos del Golán.
Mientras tanto, otras fuentes sirias informan de que varios aviones de reconocimiento israelíes sobrevolaron cerca de Al-Shayara cuando los integrantes de Daesh intentaban alcanzar las posiciones del Ejército y eliminar a las fuerzas que avanzaban por esta zona.
De momento, Daesh posee menos de 70 kilómetros del territorio sirio cerca de los altos del Golán, y se prevé que la recuperación de Al-Shayara facilita la eliminación total de los extremistas de las regiones suroccidentales de Siria.
El 19 de junio, el Ejército sirio inició una gran operación para recuperar todo el sur del país de manos de las bandas terroristas. Hoy, más del 90 % de la provincia de Daraa y más del 65 % de la de Al-Quneitra están bajo el control del Gobierno por la acción militar y los éxitos del proceso de reconciliación que promueve Damasco.
El Gobierno de Siria, no obstante, ha denunciado el sólido apoyo del régimen de Israel a los grupos terroristas en momentos en que los militares sirios se esfuerzan por erradicar a los terroristas de sus territorios.
Civiles abandonan Idlib, principal bastión terrorista en Siria
Civiles sirios salen de Idlib a través de un corredor humanitario establecido por Rusia ante inminente ofensiva del Ejército sirio en esa provincia.
Los civiles están abandonando la provincia noroccidental de Idlib por el corredor humanitario ruso en la ciudad de Abu Al-Duhur, ha informado este lunes la agencia rusa de noticias TASS.
Especialistas del Centro ruso para la Recepción, Distribución y Alojamiento de los Refugiados han ayudado a la gente para que recuperen sus documentos y los médicos de campaña han realizado los exámenes médicos de la población, agrega el medio.
“Hemos establecido una cooperación estrecha con el gobernador de la provincia (Idlib); hemos creado una comisión que se encarga del retorno de los refugiados y el chequeo de la identidad. Mucha gente está regresando”, ha dicho el jefe del Centro ruso para la Recepción, Distribución y Alojamiento de los Refugiados en la provincia norteña de Alepo, Oleg Demyanenko.
La gente esperó mucho para que llegue ese día, ha señalado una de las residentes de Idlib, identificada como Aisha Ahmed en declaraciones a TASS. “Nuestra casa está a pocos kilómetros de aquí. Terminamos en el territorio ocupado por milicianos por accidente, fuimos a visitar a familiares y luego ocuparon la región. Hemos estado en cautiverio durante varios años”, ha lamentado.
Los extremistas del Frente Al-Nusra (autodenominado Frente Fath Al-Sham), ocuparon Idlib en 2015. La provincia es considerada el último feudo de terroristas en el país.
Entre tanto, en los últimos meses miles de elementos extremistas han huido a Idlib tras duros golpes que sufrieron a manos de las fuerzas sirias en otras partes del país como en Damasco, la capital, y Homs.
En los últimos días, el Ejército sirio ha desplegado varias unidades militares en las inmediaciones de Idlib, Hama y Latakia, preparándose para una operación a gran escala para recuperar estas provincias.
La operación antiterrorista en Idlib sería la batalla más difícil del año para el Ejército sirio, ya que los terroristas presentes en esta provincia están bien armados y cuentan con apoyos desde el extranjero.
Antiguos rebeldes luchan ahora al lado del Ejército en Siria
Antiguos rebeldes que pertenecieron al Ejército Sirio Libre (ESL) ahora están luchando junto al Ejército sirio en la provincia de Daraa contra el Daesh después de años de conflicto.
Antiguos combatientes rebeldes de la Brigada Shabab Al Sunnah del Ejército Sirio Libre participan actualmente en la actual ofensiva del Ejército sirio contra los terroristas del Yaish Jalid bin Walid, afiliados al Daesh, en la región de la Cuenca de Yarmuk.
Estos ex miembros del ESL no sólo proceden de la propia provincia de Daraa sino que algunos vienen del norte de Homs. Entre ellos están los antiguos miembros de la llamada Brigada de Al Tauhid. Su líder, Mohammad Hamush, señaló que su fuerza está ahora luchando al lado de la 5ª Legión contra los militantes del Daesh.
La Brigada de Al Tauhid estuvo activa en el norte de Homs, en particular en el antiguo bastión de los militantes en Talbiseh. Durante la ofensiva del Ejército sirio allí hace varios meses, Hamush y sus hombres optaron por rendirse y buscar un acuerdo de reconciliación con el Estado sirio. Al no ser culpables de crímenes contra el pueblo sirio, recibieron la amnistía del gobierno.
Ellos decidieron entonces participar, al lado del Ejército sirio, en la batalla contra su antiguo grupo, el ESL, y el Daesh.
Otros rebeldes de la ciudad de Nawa, en el noroeste de Daraa, no han querido tampoco quedar al margen de la lucha contra el Daesh y se han unido al Ejército sirio después de haber aceptado un acuerdo de reconciliación y haber resuelto su estatus.
Muchos de estos antiguos rebeldes aspiran a integrarse en el Ejército sirio y llevar a cabo una carrera militar.
Sin embargo, su acción ha irritado a otros militantes que rechazaron la reconciliación con el Estado sirio y fueron evacuados hacia la provincia de Idleb. Estos acusan a sus antiguos “compañeros de armas” de “traicionar la causa de la revolución”.
Delegación de las FDS visita Damasco y suscribe acuerdos con el gobierno sirio
Los kurdos sirios integrados en las Fuerzas Democráticas Sirias enviaron la pasada semana una delegación a Damasco para negociar con el gobierno de Damasco una solución a la crisis del país a todos los niveles y crear comités que tracen una “hoja de ruta” hacia una “Siria democrática y descentralizada”. Ambas partes parecen haber suscrito un acuerdo.
En primer lugar, las FDS han aceptado entregar al Ejército sirio el control de varias zonas que controlan.
Fuentes sirias confiables han anunciado que la delegación kurda siria a Damasco ha acordado, en conversaciones con funcionarios sirios, entregar la ciudad de Raqqa y las áreas residenciales de Hasakah al gobierno sirio.
Según este informe, durante estas negociaciones, que tuvieron lugar con la participación de kurdos próximos al poder y representantes del gobierno, se anunció a los representantes de FDS que el Ejército sirio es perfectamente capaz de tomar el control de las zonas ocupadas por este grupo, pero prefieren resolver este problema a través del diálogo.
El Consejo Ejecutivo de las FDS, por su parte, manifestó a Damasco que EEUU tiene la intención de retirar sus tropas y bases militares del territorio sirio.
La delegación de las FDS visitó Damasco a invitación del presidente sirio, Bashar al Assad, indicó Riad Darar, co-presidente del Consejo. “Buscaremos una solución con respecto al norte de Siria”, añadió. Según las fuentes, Damasco acepta una descentralización administrativa, pero se opone a cualquier proyecto de estado federal.
Assad dijo en mayo que “hemos abierto la vía de las negociaciones porque la mayoría de miembros (de las FDS) son sirios. Si esto no funciona, liberaremos nuestros territorios por la fuerza. No hay otra opción”, dijo.
Poco después, fuentes de las FDS mostraron su disposición a iniciar “conversaciones sin condiciones” con el poder.
El 18 de Julio, Ilham Ahmed anunció que el Consejo Democrático Sirio, la rama política de las FDS, abriría oficinas en Damasco, Latakia, Homs y Hama en el marco de una solución a la crisis siria.
Análisis: Francia-Rusia-Siria: la hora del realismo
Luis Rivas
Francia es el primer país occidental en colaborar con Rusia en Siria. El envío de ayuda humanitaria francesa, en coordinación con Moscú, supone mucho más que una simple operación filantrópica.
Emmanuel Macron parece haber sellado la vía del realismo en su diplomacia hacia Siria. A la sombra del escándalo protagonizado por su guardaespaldas, la noticia del envío de casi 50 toneladas de ayuda humanitaria a Siria, desde un aeropuerto francés y en un Antonov 124 ruso, ha pasado casi inadvertida para los medios franceses.
La noche del 20 al 21 de julio marcará el giro de la diplomacia francesa en la crisis siria. En primer lugar, confirma que París acepta ya sin más reparos el papel de Moscú como vencedor diplomático y militar en un conflicto que ha dejado a la política medioriental francesa en una situación delicada.
Hace unos años, el entonces presidente François Hollande llamó al ataque contra Bashar Asad, convencido de participar junto a Barack Obama y David Cameron en una guerra que justificaba por razones morales. Empujado por diplomáticos más 'atlantistas' que 'gaulistas', Hollande se veía ya de comandante en jefe, inspirado por un 'obamismo' beato. Pero su aliado transatlántico se echo atrás y el entonces jefe del Estado francés ordenó apagar los motores de los Mirage.
Frustrado en su ardor guerrero, Hollande ordenó romper relaciones con el gobierno de Damasco, en un arrebato que le privaba no solo de canales de contacto directo, sino de información de inteligencia en una zona históricamente bajo influencia francesa.
Esa "diplomacia moral" francesa, representada por exministros de Exteriores como Bernard Kouchner o Laurent Fabious, servía para decretar qué guerras eran justas, según los parámetros de París. Una política que no todos los profesionales de la diplomacia francesa compartían, como tampoco el bando más pro-Washington acepta ahora el viraje de Macron.
El transporte de medicinas y material sanitario francés hacia la principal base militar rusa en Siria ha provocado reacciones furibundas de politólogos, como Jean-Pierre Filiu, que escribe en su blog: "Francia ha decidido abdicar de su autonomía de acción en provecho de Rusia".
Otro especialista, Fabrice Balanche, opinó en la cadena de televisión France 24 que "Francia intenta volver al juego diplomático en Siria por la pequeña puerta humanitaria". Balanche, por un lado, afirma que se trata de "una inflexión de la política francesa, pero más tarde añade que se trata de una una "política de pequeños pasos que no cambiará gran cosa sobre el fondo". Minimizar el asunto parece más bien una forma de contener el descontento.
Francia, bajo el mando de Macron, participó en los bombardeos sobre bases sirias por la supuesta utilización de armas químicas. París decidió retirar al presidente sirio la condecoración de la Legión de Honor concedida en 2001 por Jacques Chirac. (Asad se adelantó y la devolvió). Francia vive en una disyuntiva diplomática: por un lado debe formar parte del "frente duro" hacia Damasco, representado por Estados Unidos, la Unión Europea y Arabia Saudí, entro otros, e intentar recolocarse en el futuro tablero sirio.
Con el fin del conflicto más cerca por la derrota de las fuerzas yihadistas y el Estado Islámico, la batalla de la reconstrucción se vislumbra ya al horizonte. Y cuando se huelen los beneficios que las empresas occidentales pueden obtener en el futuro de Siria, conviene presentar las credenciales menos deterioradas por actitudes políticas del reciente pasado.
Por supuesto, de cara a la opinión pública interna e internacional, Francia sigue expresando una postura diferente. El embajador francés en la ONU, François Delattre aseguró hace pocos días que su país "no participará en la reconstrucción de Siria sin que se ponga en marcha una transición política efectiva, con un proceso constitucional y electoral sincero".
Bellas palabras para mantener el tipo "moral". El jefe de Delattre, Emmanuel Macron intenta desde hace meses que su país no se quede descolgado del futuro sirio, consciente de que el empeño de algunos de los inquilinos del Quai D'Orsay, de ver a Bashar Asad fuera del poder, es una quimera.
Macron prefirió aprovechar la "diplomacia del fútbol" con Vladímir Putin. Antes de manifestar su alegría al mundo en el estadio Luzhnikí, en la final del Mundial, Macron había perfilado los flecos de la operación humanitaria francesa en Siria, una acción que ya se había estudiado en sus reunión de San Petersburgo, en mayo pasado.
París se esfuerza desde hace meses en acercar las dos iniciativas diplomáticas para el futuro político de Siria, la de Astaná —con Rusia, Irán y Turquía como pesos pesados— y la del llamado "Small Group", compuesta por Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Arabia Saudí y Jordania.
Bashar Asad asegura que Rusia seguirá ligada a Siria en el futuro, como lo estuvo en las últimas cuatro décadas. Los kurdos de Siria, por su parte, hacen saber que quieren negociar con Damasco, después de haber sido ayudados militarmente por Estados Unidos. Una de los portavoces de las Fuerzas Democráticas Sirias, Ilham Ahmed, lo tiene claro: "hay que abrir cauces de diálogo con el gobierno de Bashar Asad. El régimen no va a desaparecer".
Emmanuel Macron no puede dejar a Francia fuera del futuro tablero de Oriente Próximo, que tendrá mucho que ver con la evolución de la situación en Siria. París reconoce que la hora de la "realpolitik" ha llegado.

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