Kalashnikov va como un tiro: duplica sus beneficios a pesar del veto de EEUU
El
fabricante de armas ruso Kalashnikov tuvo una vez a EEUU entre sus
objetivos, en el punto de mira, pero la estrategia no salió bien, algo
que no ha impedido que la empresa y sus beneficios crezcan a la
velocidad de una bala. El diseñador de este mítico rifle tenía como
objetivo abrir importantes instalaciones de producción de EEUU para
satisfacer la demanda del mercado de armas civiles más grande del mundo.
Sin
embargo, las sanciones impuestas por EEUU contra la compañía en 2014
terminaron con esos planes de un plumazo. Pero después de un rápido giro
a la estrategia, las ventas están en auge gracias al auge de la firma
en Asia, África y otros países que quieren mejorar el equipo de sus
fuerzas militares a un precio asequible, a la par que estrechar lazos
con el Kremlin, según destacan desde The Wall Street Journal.
Más inversión y beneficio
En
los próximos dos o tres años la inversión prevista por la empresas es
de unos 182 millones de dólares. Dentro de estas inversiones está
prevista la apertura de una planta de producción en la India, un mercado
en el que Kalashnikov aún no ha probado puntería.
"Las sanciones convirtieron a una empresa
civil en una empresa militar", coemnta Alexey Krivoruchko, director
ejecutivo de Kalashnikov Concern. Los ingresos de Kalashnikov se
duplicaron el año pasado hasta los 300 millones de dólares, y prevén
duplicar esa cantidad en poco tiempo.
Kalashnikov ya no produce su famoso AK-47,
el robusto fusil de asalto que se convirtió en el símbolo de la
industria armamentística de la Unión Soviética, pero ejecutivos y
analistas sostienen que sus últimos rifles de asalto conservan los
mismos puntos fuertes: simplicidad y fiabilidad.
Además, sus rifles suelen tener un precio
inferior al de sus competidores. La compañía, que también ofrece una
variedad de armas de caza y deportivas, se está expandiendo, es más,
recientemente ha comprado a un fabricante de aviones no tripulados y a
un constructor naval.
Un cambio radical en poco tiempo
El
espectacular giro estratégico de la compañía es un rayo de luz
brillante en la oscura economía de Rusia, que sigue dominada por el
estado, un cuarto de siglo después de la caída de la Unión Soviética.
Durante más de una década y media en el poder, el presidente ruso
Vladimir Putin ha promovido una forma de capitalismo dirigido por el
Estado que ha fortalecido la influencia del Kremlin sobre sectores clave
de la economía.
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