martes, 2 de septiembre de 2014

Segundo debate presidencial en Brasil ante las elecciones del 5 de octubre

Duros cruces entre Dilma y Marina Silva con la economía como eje

La mandataria recriminó a su rival que hace promesas sin explicar cómo las financiará. La ambientalista evangélica dijo que en caso de ganar volverá a "la política económica de Cardoso y las conquistas sociales de Lula".

Duros cruces entre Dilma y Marina Silva con la economía como eje
Disputa - "Para el gobierno, cuando todo va mal la culpa es de la crisis internacional. Dilma no reconoce errores", dijo una combativa Marina Silva ante los candidatos.
En plena campaña electoral, los candidatos a la presidencia brasileña participaron ayer del segundo debate televisivo de cara a los comicios del próximo 5 de octubre. El evento fue organizado por el diario Folha de Sao Paulo y contó con la presencia de la presidenta Dilma Rousseff y su principal contrincante, la ambientalista evangélica Marina Silva, con quien mantuvo fuertes cruces. También estuvo el derechista Aécio Neves, que prefirió no confrontar demasiado con las dos principales figuras y se concentró en discutir con candidatos menores.
El debate duró poco más de una hora y media y fue dividido en cuatro bloques. En el primero, los candidatos tuvieron la posibilidad de hacerse preguntas entre ellos. Rousseff arrancó fuerte contra Silva, quien según las últimas encuestas podría ganarle a la actual presidenta en un eventual balotaje. "Usted dice que va a anticipar el 10% del PBI para Educación, que son unos 140 millones de reales. ¿De dónde va a sacar esos recursos?", preguntó la presidenta.
Su rival respondió que el dinero aparecería gracias a la toma de "decisiones correctas", pero no dio más precisiones, lo que motivó una dura respuesta de Rousseff: "Son promesas, pero cuando usted es presidente no basta con decir que va a hacer una lista de cosas. Tiene que explicar de dónde sacará el dinero." En una cosa Silva sí fue clara: dijo que, en caso de ganar los comicios, mantendría "la política económica de Fernando Henrique Cardoso –presidente durante los años '90– y las conquistas sociales de Lula."
El debate continuó con preguntas y respuestas entre el resto de los candidatos a la presidencia que participaron del evento: Luciana Genro (PSOL), Pastor Everaldo (PSC), Eduardo Jorge (PV) y Levy Fidelix (PRTB). Ya en el segundo bloque del programa, diferentes periodistas hicieron preguntas a los candidatos.
Las primeras consultas fueron dirigidas a Rousseff. La mandataria debió responder sobre la situación económica del país, que en el último trimestre entró en recesión. "El freno de la economía actual es momentáneo. La sequía y el prolongamiento de la crisis económica internacional tienen un gran impacto", afirmó Rousseff.
Silva tomó la posta y cargó contra la presidenta. "Para el gobierno, cuando todo va mal la culpa es de la crisis internacional. Dilma no reconoce errores. Y si no los reconoce, no tiene cómo repararlos. Hoy tenemos inflación alta, bajo crecimiento y tasas de intereses altas, indicó la candidata verde, que paradójicamente lleva como vicepresidente a Luiz Roberto Albuquerque, un dirigente vinculado al agronegocio.
En el tercer bloque los candidatos volvieron a hacerse preguntas entre ellos. Aécio Neves, desplazado en la lucha por entrar al balotaje tras el ascenso de Silva como candidata, le preguntó a Rousseff si no considera que la situación de inseguridad en el país es responsabilidad de su gobierno. La presidenta respondió que el postulante del Partido Socialdemócrata (PSDB) tiene “memoria frágil”, porque bajo su gestión fueron construidas "muchas cárceles".  «



Los comicios más caros

Las elecciones generales del próximo 5 de octubre en Brasil serán las más caras de la historia: su costo llegará a unos 31.500 millones de dólares, un monto suficiente para financiar durante seis años el principal programa social del país, el Bolsa Familia.
Según reveló la revista electrónica Congreso en Foco, los gastos previstos por los 25.000 candidatos que intervendrán en las próximas urnas sería también suficiente para financiar durante siete décadas el pago de salarios de los 594 diputados y senadores, y para realizar casi tres mundiales de fútbol similares al que organizó el país.
Los gastos esperados para los próximos comicios suponen un aumento del 400% frente al total registrado en las elecciones brasileñas de 2002, un índice muy superior al de la inflación del 76% acumulada en ese período.
Los once candidatos que disputarán los comicios presidenciales estimaron en 407 millones de dólares sus gastos de campaña. De este total, un 80% será invertido por Rousseff y por sus dos principales rivales en las próximas urnas: el senador opositor Aecio Neves, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), y la líder ambientalista Marina Silva.

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