jueves, 17 de enero de 2013

NO SE VUELVE DEL EXILIO,PORQUE LO QUE DEJASTES,YA NO EXISTE


Vientos 

   I
 Se esfuman los ideogramas pintados en los rollos de seda,
el tiempo borra las inscripciones grabadas en las piedras 
y transforma en polvo los pergaminos y el papel.
Hoy, solo recuerdan el nombre
de aquellas dinastías que parecieron eternas,
eruditos y coleccionistas de jarrones.

Como el antiguo poeta
conocido como Ch’ao Heng en China
y nacido Abe no Nakamaro en Japón, 
son innumerables los desterrados
que mirando los campos del cielo 
se preguntan si cerca del lugar que les ha visto nacer,
también en ese instante
ha salido la luna.
                           
II

Un día, que imagino soleado,
Ch’ao Heng o Abe no Nakamaro
subió a una nave y partió de regreso hacia su tierra
hacia el oeste.
Los vientos del destino
lo llevaron mas lejos aún,
rumbo al sur.

En el rumbo del viento solo es estable el cambio.
Me gusta suponer que el destino
quiso ahorrar a Ch’ao Heng o Abe no Nakamaro 
la decepción de saber
que a las tierras del pasado
no las recrea el sol
ni embellece la luna.



VIENTOS CRUELES

I

Para los desterrados  que sueñan con volver, 
si parten un día de regreso, 
los vientos más crueles del destino
pueden ser  los que empujan la nave
hacia el puerto querido.
 
II

Pondrán un pié en la playa, 
caminarán buscando el tiempo que han perdido,
y tal  vez en el canto de un pájaro 
o la sombra de un árbol
encontrarán por un instante,
por un solo y leve instante,
el sonido y la frescura del pasado.

INMORTALES
                                                 
Se han perdido los rollos de seda.

El tiempo ha borrado las inscripciones grabadas en las piedras

y ha transformado en polvo los rollos de papel.
De los inmortales, que forjaron más de una leyenda
 
sobre los suaves pastos, 

durante aquellas dinastías 

que parecieron eternas y hoy no son,

se  recuerdan la enorme habilidad que asombraba al cielo

y cinco nombres fundamentales:

Mu Ñi Hoz,  Mor He No,  Pe Der Ne Hera,  La Bru Nah  y  Lu Shtó.



Los versos son de mi gran amigo Roberto Rapalo

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