Se lo sacamos a la dictadura, se lo entregamos a la democracia
Escrito por Fernando Di PascualeEl Equipo de Antropología Forense identificó los restos del mítico dirigente peronista Jorge Di Pascuale quien había sido secuestrado el 28 de diciembre de 1976
Se
lo sacamos a la dictadura, se lo entregamos a la democracia
JORGE DI PASCUALE,
REAPARECIDOS SUS RESTOS, SON VELADO POR LOS CUMPAS COMO LO MERECE UN COMPAÑERO.
Por
Fernando Di Pascuale
El Equipo Argentino de
Antropología Forense identificó los restos del mítico dirigente peronista Jorge
Di Pascuale quien había sido secuestrado el 28 de diciembre de 1976 por la
dictadura militar.
Jorge Di Pascuale es
considerado como uno de los dirigentes más lúcidos y claros del movimiento
obrero argentino.
Comenzó como delegado en la Farmacia Franco
Inglesa y a los 27 años ya era Secretario General del Sindicato de Farmacia.
Su lucidez y claridad no la
ejercía desde un cómodo sillón, sino que era un combativo militante de la
resistencia peronista, que luchaba contra las dictaduras de turno, contra la
burocracia sindical y por la libertad de los presos políticos.
Esta lucha intransigente lo
llevó a sufrir cárceles, persecuciones y exilio.
En 1962 y con 31 años fue
elegido diputado nacional en elecciones que fueran anuladas por Arturo
Frondizi.
En 1963, en uno de los tantos
viajes a Madrid, fue designado por el General Perón como su delegado personal
ante los países socialistas.
En 1968 participó activamente
en la creación de la CGT
de los Argentinos junto a Raymundo Ongaro y Agustín Tosco.
En 1969 la actividad de Di
Pascuale fue incesante y trataron de silenciarlo llevándolo a la cárcel en
varias oportunidades, pero era tanto su compromiso con el pueblo y la clase
trabajadora que cuando recobraba su libertad, volvía a firmar una solicitada en
contra del gobierno y lo encarcelaban nuevamente.
Cuando las dictaduras le
intervenían su Sindicato de Farmacia, se ganaba la vida haciendo corretajes de
champú y artículos de perfumería o vendiendo heladeras a crédito.
Di Pascuale es considerado un
ícono de la honestidad sindical argentina. Su conducta intachable hacía que lo
respetaran hasta sus propios enemigos.
Pero no era solamente un
dirigente honesto, también se destacaba por su brillantez intelectual y por su
gran capacidad de análisis, de vocabulario fluído, directo y sin demagogia.
Siempre pulcro y bien
vestido, no necesitaba vestirse de obrero ni dejarse la barba para ser un
peronista revolucionario.
Jamás tuvo guardaespaldas ni
matones a sueldo que lo cuidaran, caminaba sólo con su dignidad y su conducta
insobornable.
En 1975, perseguido por la Triple A se exilió en Venezuela, pero el
destierro duró apenas unos meses.
A pesar de que le advertían
que no volviera, Di Pascuale no podía estar lejos de su familia, de sus
compañeros ni de su lucha.
Volvió y a los meses sucedió
el golpe de Estado.
Se juramentó con sus
compañeros del gremio quedarse y dar pelea, sabiendo que ésta no iba a ser una
dictadura más.
Comenzaron a acrecentarse los
secuestros, desapariciones y asesinatos. Di Pascuale buscaba a sus compañeros
desaparecidos por todos lados.
Fue ahí cuando dijo: -Si me
llega a pasar algo no pidan por mí, pidan por todos.
Hasta que llegó aquel 28 de
diciembre, día de su cumpleaños.
Un grupo armado entró a su
casa.
Lo interrogaron: -¿Así
que vos sos el que les da a los militares?
Y él contestó: ¡Sí,
les di, les doy y les voy a seguir dando!
Jorge no tenía armas, lo
único que se llevaron fue su aguinaldo, una radio portátil y otros objetos.
Se tomaron la sidra caliente
que había sido comprada para las fiestas y dijeron -mañana a las 8 hs está de vuelta.
Sus compañeros y familiares lo
buscaron incesantemente, se presentaron habeas corpus, el gobierno militar
recibió cerca de 60 telegramas solicitando su libertad y se llegó hasta el Papa
Pablo Vl, pero nada hizo que lo liberaran.
Años después, sobrevivientes
del centro clandestino El Vesubio - Protobanco relataron cómo Di Pascuale
alentaba y cuidaba a sus compañeros de cautiverio para que no se quebraran ante
la tortura y el horror que él mismo padecía.
Hoy el Equipo Argentino de
Antropología Forense, en un trabajo extraordinario, maravilloso, responsable,
silencioso, con pocos recursos pero con un corazón inmenso y después de 33 años
nos devuelve a nuestro querido Jorgito, quien después de ser asesinado
cobardemente, fue dejado en una fosa común en el Cementerio de Avellaneda.
* El autor es hijo del dirigente sindical Jorge Di Pascuale.
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