|
|
Entrevista a Gustavo Plis-Sterenberg
Por Carlos Torrengo (2003)
Gustavo Plis-Sterenberg es pianista y diplomado en Composición y Dirección Sinfónica y de Opera en el Conservatorio Rimsky-Korsackov de San Petersburgo, Rusia, país donde reside desde hace años. Y en Argentina acaba de publicar "Monte Chingolo, la mayor batalla de la guerrilla argentina", libro excepcional.
- Dónde estuvo usted, desde dónde vio lo hecho y sucedido con el ERP?
- Disculpe, de eso no voy hablar. Es un tema muy íntimo.
- Esta bien, lo imagino. Pero tengo la impresión de que el libro se explica vía una catarsis muy bloqueada de cuestiones que usted sabrá, una cosa así como sacarse de encima algo de una vez y por todas...
- Sí, me saqué de encima un peso. Fue muy difícil escribirlo, fue duro traer aquellos hechos al papel. Pero me alentaba una necesidad: explicar el por qué de la militancia, de tanta entrega, tan total. Era necesario contar por qué tanta gente joven y no tanto, de extracciones sociales, culturales, etc., tan distintas, habían tomado las armas. Algo complejo de comprender hoy, ante la frivolidad, la ligereza, la superficialidad conque se vive. Además me alentó el silencio que hay sobre el PRT-ERP, un intento de toma del poder desde lo político-militar muy significativo, una fuerza que tuvo 100 mil ejemplares diarios con "El Mundo", tirada semanal de 25 mil con "Estrella Roja" , "El Combatiente" con 20 mil.
- ¿Qué lecturas hace usted de esas tiradas?
- Inserción en la distintas franjas de los argentinos. De todo esto nace mi libro. Además, tenía necesidad de explicar cómo había sido Monte Chingolo. La historia de esa batalla se reduce a una palabra: Terrorismo. ¿Pero cómo se explica que ante toda la maquinaria militar, un pequeño grupo guerrillero tuvo el respaldo de la gente humilde que vivía cerca del cuartel? Gente que pagó con sangre y persecución ese respaldo...
- Pero quien lee con reflexión su libro percibe si no desprecio, al menos cierto acritud para con Montoneros, casi como diciendo "el PRT-ERP también cuenta".
- Es correcto. Salí al cruce de una idea muy pregonada cuando se recuerda y hace la historia de aquellos días: que Montoneros eran los únicos que habían desafiado al sistema y resistido al poder militar.
- De lo publicado hasta hoy, de la tradición oral sobre todo aquel tiempo, se puede llegar a concluir que el PRT-ERP era, desde lo ideológico, el enemigo más duro del sistema. ¿Es así?
- Por algo el ejército, la mayor fuerza armada del país, se dedicó al PRT-ERP y lo exterminó. Muy poca gente de esas estructuras logró sobrevivir. Cosa que no hizo la Armada, que se dedicó a Montoneros y que negoció con centenares de militantes y jefes de esa organización. Massera se reunió con Firmenich en Europa y muchos montoneros se sumaron a los proyectos políticos de Masssera. Esa relación era impensable entre Videla y Roberto Santucho. Campo de Mayo fue el lugar donde se exterminó al PRT-ERP, los que sobrevivieron eran porque habían sido detenidos por equivocación. Es más, la única militante del PRT que salió con vida de ese lugar fue la hija de un pastor norteamericano, que zafó gracias a la intervención del entonces presidente Gerald Ford.
- ¿Se puede inferir que hubo distinta fiereza en la aplicación de la tortura según si era PRT-ERP o Montoneros?
- La tortura se aplicó con distintos grados de ferocidad sin mayor elección, algo que tenía que ver incluso con el capricho de los torturadores.
- "Y más duele recordarla", dice un personaje de Malraux.
- Sí, sí... por eso a quien ha sido torturado generalmente no se le pregunta sobre el tema si es que el tema no lo instala él... Pero en cuanto a la pregunta, lo concreto es que para el PRT-ERP, la tortura siempre, inexorablemente siempre, fue un paso previo, ya decidido por la represión: el asesinato. Obtención de información, seguir torturando por venganza o lo que fuere y luego la muerte. En relación con Montoneros, esto no fue tan así... Por algo sobrevivieron tantos militantes y colaboradores de la organización. Es una realidad. Y mucha de la infiltración que hicieron los servicios de inteligencia sobre el PRT-ERP, se logró mediante gente de Montoneros y otras organizaciones armadas peronistas.
- Santucho llega muerto a Campo de Mayo y hay injurias a su cuerpo ya muerto, algo muy ancestral en la historia del continente. A Tupac Amaru y toda su familia los descuartizan y tiran sus restos en distintos puntos del imperio. En El Salvador, el mayor D’Abuisson coleccionaba, en tarros, testículos de guerrilleros... década del ’80. A Eden Spadafora lo asesinan, le cortan la cabeza y se la envían de regalo a Noriega en una bandeja. Y aunque usted dice lo contrario en su libro, la historia oficial dice que el ERP estrangula, mientras está preso, al teniente coronel Ibarzabal.
- Eso dice la dictadura, pero no fue así. Muere el 20 de noviembre en la intersección de San Martín y Donato Alvarez, San Francisco Solano, mientras el ERP lo trasladaba y la policía intercepta la columna y ametralla la camioneta en la que iba Ibarazabal. El ERP mató, sí, pero jamás torturó.
- Pero ejerció presión psicológica . El caso del "Oso" Ranier infiltrado del ejército en el ERP lo demuestra.
- Es cierto y en el libro está bien explícito. Era un infiltrado que durante varios años entregó información que llevó a la muerte a más de 120 miembros del PRT-ERP. Además, vendió operativos, Monte Chingolo por caso. El ERP lo juzgó y ejecutó con una inyección. Pero volvamos a la pregunta sobre el por qué de injurias a un cadáver. Creo que con eso se expresa odio, tanto como para agraviar más allá de la muerte, excluir más allá de lo que ya está excluido en un primer acto de violencia que conduce a la muerte.
- ¿Una cuestión pulsional?
- Sí, pero que se funda en odios de clase, raciales, dictados de venganza, etc. Lo sucedido con el cadáver de Santucho define claramente ese tipo de conductas. Lo expusieron en el campo de concentración de Campo de Mayo y lo orinaron... Miembros del ejército desfilaban delante del cuerpo y lo orinaban. Es más, convocaron a agregados militares de distintas potencias, entre ellos el de EE.UU., para mostrarlo. Luego lo desaparecieron.
- ¿Qué era Santucho en el ’75? ¿Por qué insiste en atacar Monte Chingolo cuando sabe que la operación está filtrada? ¿Por qué no escucha las dudas que sobre la operación le manifiestan horas antes del ataque los que van a ir al frente? En el libro usted dice que hasta la "madame" de un prostíbulo cercano al regimiento sabía del ataque. María Seoane señala en "Todo o nada" que en diciembre del ’75, Santucho le confiesa a uno de sus hermanos que la guerrilla está liquidada. En Italia, hace muchos años, ese mismo hermano me dijo a mí que el desmoronamiento se denunciaba día a día en cada jornada del segundo semestre del ’75. Sin embargo, Santucho se larga sobre Monte Chingolo.
- ¡Ah, tamaña pregunta! Yo le doy mi interpretación. Después de las grandes movilizaciones de junio /julio del ’75 que provocó el Rodrigazo, se agudiza en el gobierno de Isabel su debacle. Se va López Rega, cuestión pedida también desde adentro y fuera del bloque en el poder. Todo ese período esta marcado por un alza muy significativo de auge de masas y de inserción del PRT-ERP en ese proceso, que como contrapartida tiene un endurecimiento brutal de la represión. En esos meses el PRT-ERP pierde muchos cuadros experimentados, con formación de años, muy valiosos y se los remplazaba con jóvenes con toda la formación por delante.
- ¿Son los días en que cae Ledesma?
- Sí, sí, el segundo del ERP, y cae con el grueso del aparato logístico de Buenos Aires, una pérdida que caló muy hondo y así el PRT-ERP queda incrustado en una situación signada por el alza del auge de masas, represión y disminución del auge de masas. Inversión del fenómeno. Entonces, el PRT-ERP se fue descolgando de la realidad.
- ¿Se cae en el vanguardismo?
- Vanguardia, aislamiento de todo aquello que los nutría de sentido, en el libro yo hablo de reflujo de la clase obrera en la cual el PRT-ERP tenía muy buena instalación. Y así se marcha rumbo a la "fuga hacia adelante"
- ¿Un acto de desesperación política?
- Terrible, pero sí. Un tema muy crudo, mucha sangre.
- Se cae en el militarismo.
- Sucede que los éxitos militares de Villa María y San Lorenzo alentaron en los hechos el accionar militar del ERP. Se fue independizando de las necesidades políticas de la organización, formas que hacían a cómo enmarcar la lucha en el campo político. Se quedó sin política y todo devino en una guerra de aparatos. Se quedó "por delante", en un cuadro de situación que no se interpreta correctamente .
- ¿Y en ese marco nace ir sobre Monte Chingolo? Es increíble.
- Pero es la realidad. En su desesperación política, Santucho quería mediante una acción militar de envergadura, contundente, revertir el cuadro de situación, plantear un nuevo escenario político, pero se fue donde se fue...
- ¿Cómo era Santucho personalmente?
- Un ser cálido, hablaba suave, le gustaba cocinar. En las reuniones del buró del PRT siempre cocinaba recetas que decía haber aprendido en el monte tucumano. De pibe le dolía la injusticia, la pobreza.
- ¿Cuál fue el mejor momento político del PRT?
- Cuando no se olvidó de la política, cuando la política iba por delante. O sea cuando tenía frente sindical, estudiantil, militar, que era el ERP e incluso tenía frente legal. Y todos esos frentes actuaban en base a las normativas políticas que elaboraba la dirección del PRT.
- ¿Nadie ya, desde adentro o afuera de la estructura, les advirtió de la desviación hacia la que se deslizaban?
- Sí, pero bajo una represión que buscaba el exterminio, no se podía mantener una dinámica de debate democrático ni autocrítico. El PRT cayó en un verticalismo feroz.
- ¿Puede afirmarse que al hacer usted en su libro de la militancia un objeto de larga reflexión, desde esta perspectiva se sintetiza lo que usted busca en ese tramo de "Reportaje al pie del patíbulo", donde Fucik escribe la noche antes que lo maten los nazis:"He vivido por la alegría, por la alegría fui al combate y por la alegría muero", reflexión que rescata Silvia Gattó en carta a su compañero. Luego muere en Monte Chingolo...
- Sí, es así... Silvia Gattó era "Ines" y la carta me la mostró su compañero, hace pocos años. También la carta que les esribió a sus hijos, muy chiquitos.
- Impresiona la dulzura que expresa la cara de Inés que usted publica...
- Sí, doloroso.
- Fue doloroso escribir el libro.
- No alcanzan las palabras para definirlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario