domingo, 4 de diciembre de 2016

UNA VIDA APASIONADA DE UN GRAN TIPO

Carlo Feltrinelli: «Mi padre fue el primero en criticar a Fidel Castro por su actitud»

De la vida de Giangiacomo Feltrinelli, de su importancia como editor y su periplo político, del misterio de su temprana muerte, de los proyectos y desafío del grupo que fundó, habla su hijo, Carlo Ferltrinelli, autor de su biografía, «Senior Service»

Giangiacomo Feltrinelli durante la entrega de los Premios Strega en 1959, edición que ganó Lampedusa por «El gatopardo»
Giangiacomo Feltrinelli durante la entrega de los Premios Strega en 1959, edición que ganó Lampedusa por «El gatopardo»
ÁNGEL GÓMEZ FUENTES -

Giangiacomo Feltrinelli (Milán, 1926-Segrate, 1972) fue una de las figuras más singulares y llamativas en la Europa del siglo XX: un brillante editor que fundó la Editorial Feltrinelli en 1955 y revolucionó el mundo del libro a partir de la publicación, mítica y heroica, de «El doctor Zhivago» (1957). Su hijo, Carlo Feltrinelli (Milán, 1962), presidente del grupo, ha heredado el espíritu empresarial y de mecenazgo, contribuyendo eficazmente a la difusión de la cultura por medio de la Editorial Feltrinelli (desde enero pasado controla la española Anagrama) y del extraordinario patrimonio que representa la Fundación Feltrinelli.
Este libro es la apasionante historia de una familia muy poco italiana pero sí muy «dostoievskiana», en el sentido de que es una historia de complejidad humana en el contexto político y social de una época importante del siglo XX.
PUBLICIDAD
.
Así es. Y ese es el motivo por el que la figura de mi padre no fue verdaderamente comprendida. Durante años pedí a periodistas y estudiosos hacer una biografía de mi padre. Ninguno lo hizo porque es una historia muy compleja. Al final decidí escribirla yo, no por ir a la búsqueda del padre, ya que siempre he sabido quién era, sino para situar en su justa medida su historia.
Giangiacomo Feltrinelli vivió muchas vidas en una sola: empresario, sobre todo, gran mecenas y político (partisano, antifascista, miembro del PCI).
Fue un personaje incómodo para la izquierda y extraño para el mundo conservador. Tuvo una vida breve, fantástica, en la que hizo lo que deseó, incluso con grandes dificultades y sufrimientos. Para muchos fue una especie de playboy de la revolución, para otros un filántropo. Fue una persona que vivió con intensidad y luchó por lo que creía justo, con sus errores.
«Feltrinelli hizo la primera traducción de “Cien años de soledad”. La primera del mundo, la italiana»
Es legendaria y heroica su publicación de «El doctor Zhivago», la novela de Boris Pasternak, pese a las presiones de la Unión Soviética y del Partido Comunista Italiano (PCI). ¿Qué representa el caso Pasternak para la Editorial Feltrinelli?
«El doctor Zhivago» ha sido la clave, tanto para Giangiacomo Feltrinelli como para la Editorial Feltrinelli, porque demostró lo que se podía hacer con un libro. Hubo una confrontación entre un editor italiano con la Unión Soviética y el PCI. No fue casual que luego viajara a Cuba para lograr la autobiografía de Fidel Castro. Tras la publicación de «El doctor Zhivago» nuestra redacción fue invadida de manuscritos de todo el mundo. La Feltrinelli se convirtió de inmediato en una editorial internacional con el verdadero objetivo que había buscado mi padre: tratar de unir culturalmente a Italia con el resto del mundo. «Zhivago» fue el primer «best seller» en una editorial contemporánea.
A propósito de Castro, recién fallecido, su padre fue amigo, pero también muy crítico.
Entre los dos había respeto y curiosidad. Ciertamente, mi padre fue el primero en criticar a Fidel Castro por su actitud contra los homosexuales en Cuba y otros puntos críticos muy ligados a lo que debía ser su biografía. Después no se realizó por la incapacidad para encontrar una manera con el fin de trabajar un par de horas al día en el libro. Fue una relación muy compleja. Mi padre tuvo una función de bisagra, de unión de dos mundos, publicando muchísimos libros y grandes novelas. Por ejemplo, Feltrinelli hizo la primera traducción del español a otra lengua de «Cien años de soledad» de García Márquez; la primera en el mundo, la italiana, que se publicó en los mismos meses, en 1968, en que salió «El diario» del Che en Bolivia. Esto da idea del papel que tuvo la Editorial Feltrinelli.
«Mi padre fue un personaje incómodo para la izquierda y extraño para la derecha»
Giangiacomo Feltrinelli funda los Grupos de Acción Partisana (GAP) y pasa a la clandestinidad. Muere al estallarle un artefacto explosivo cuando pretendía sabotear un par de postes de alta tensión. La idea que se tiene de la muerte de su padre es la judicial. Pero algunos, como su madre, Inge, ven la mano de quienes deseaban eliminarlo: Grupos de extrema derecha o incluso la CIA.
No hay elementos suficientes para decir que los hechos no se correspondan con la investigación judicial. Es verdad que hubo intentos de la extrema derecha de eliminar a mi padre. No me sorprendería que un día se hiciera pública una verdad distinta a la que se conoce.
Seguramente no es fácil comprender, con la mentalidad de hoy, que «un hombre de 43 años, que ha sido varias veces número uno en el mundo de la edición renuncie a todo». ¿Cómo se lo explica?
Existen hombres de este tipo y esto es lo que yo reconozco en Giangiacomo Feltrinelli. Había un famoso editor americano, Berney Rosset, que dijo una frase bellísima referida a mi padre: «Nosotros teníamos las convicciones, él tenía el coraje». Él estaba convencido de lo que hacía, incluso con dificultades y a costa de grandes sacrificios. Yo recuerdo los últimos años de su vida. Me sentía obligado a verlo a escondidas en Zúrich o en Austria.
¿Le fue difícil escribir la biografía?
Era difícil. Para contar esta historia se trataba de encontrar una forma de escritura plausible, que no fuera patética y que contuviera información suscitando interés. Detesto caer en el sentimentalismo padre-hijo. Hay una renovada atención por la figura de Giangiacomo Feltrinelli: proyectos para hacer películas, documentales…
Su padre le escribió también desde la clandestinidad cartas muy emotivas. También afirmó: «todo esto lo hago por mi hijo». ¿Cómo le ha influido en su vida?
Ha influido y sigue influyendo, porque seguimos adelante con la editorial y las instituciones culturales con la impronta que marcó mi padre con una gran vocación de difundir la cultura. No se trata solo de gestionar empresas culturales, sino que hay una profunda vocación cultural.
«Hay una renovada atención hacia la figura de mi progenitor, pero yo detesto caer en el paternalismo padre-hijo»
A propósito de la Fundación Feltrinelli, que es uno de los mayores centros europeos de documentación y de investigación en disciplinas históricas, de ciencias políticas, económicas y sociales. ¿Cuáles son sus nuevos desafíos?
El próximo 13 de diciembre abriremos en Milán la nueva sede de la Fundación Feltrinelli , que se propone ser una gran centro de las ciencias sociales, un espacio de ciudadanía, un lugar en el que reflexionar sobre el futuro. La época es distinta, pero la impronta que dejó mi padre es todavía muy fuerte: se trata de dar un futuro a las librerías Feltrinelli, a la Editorial, la Fundación, Anagrama y la Central, Con estas convicciones, a pesar de las dificultades y los cambios de época, seguiremos adelante, con capacidad crítica y deseo de anticipar los tiempos de reflexión, contribuyendo para que las personas sean capaces lo más posible de administrar su futuro.
Italia vota este domingo, día 4, en un referéndum muy importante sobre la reforma constitucional. ¿Cómo ve la Italia de hoy, teniendo en cuenta la fuerza creciente de los populismos?
Estoy preocupado, porque hay una cuestión de estructura económica: Italia está fatigada y no crece. Hay un problema de clase dirigente, en un contexto internacional que nada buenopromete. Italia es un país en dificultades. Mi esperanza es que el tímido proceso de reforma que se ha iniciado, pueda avanzar para garantizar mejor el futuro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario