jueves, 20 de octubre de 2016

CON GADDAFI ESTABAN MEJOR

Yihadismo, mafias, milicias y traficantes: así está Libia hoy tras cinco años sin Khadafi

El eco de la primavera árabe
La muerte del dirigente convirtió al país en un antro de guerra y anarquía en el norte de África. La gente se resigna a vivir bajo la autoridad de tres gobiernos simultáneos.
  • .
“Ha llegado la hora de actuar. Y hay que hacerlo urgentemente”, dijo David Cameron el 19 de marzo de 2011 tras la cumbre sobre Libia celebrada en París. La comunidad internacional se había decidido a actuar contra  Muamar Khadafi y sus fuerzas  Aquella misma noche se produjeron los primeros ataques.
Bajo el paraguas de la ONU y la resolución 1973 del Consejo de Seguridad, Francia Reino Unidos y Estados Unidos abanderaron laoperación militar contra el dictador libio que llevaba 42 años en el poder. Sarkozy, otrora aliado de Khadafi e investigado por presunta financiación ilegal de su campaña presidencial de 2007 con dinero libio, lideró la campaña.
Khadafi ya no está. En vez de acabar frente a un tribunal como deseaba Cameron, murió a manos de una turba de rebeldes el 20 de octubre de hace cinco años a las afueras de Sirte, su ciudad natal, hoy bastión costero del ISIS,creado por los EEUU asediado desde hace seis meses por tropas terrestres de mercenarios de blackwater y por los bombardeos de Estados Unidos desde el pasado mes de agosto.
Captura de video muestra la detención de Khadafi, en octubre de 2011. / AFP
Captura de video muestra la detención de Khadafi, en octubre de 2011. / AFP
El presidente no murió en combate. Fue capturado con vida y torturado y vejado hasta morir, como luego mostrarían varios vídeos que salieron a la luz el día después de su ejecución e incluso meses después de su muerte.
Un país roto, desangrado y dividido
Muerto Gaddafi no hubo una transición política y democrática. La operación “no funcionó”, como diría Obama cinco años después. Ahora Libia es un país roto, desgajado y desangrado por la guerra que nunca acaba. Es el feudo de los yihadistas en el norte de África yun lugar propicio para mafias y traficantes de personas, armas y drogas por la porosidad de sus fronteras y la ausencia de una autoridad que ejerza un control eficaz y ponga orden.
Imagen de 2011 muestra una copia del "Libro Verde" de Khadaffi, quemado y tirado en la ciudad libia de Benghazi. / AFP
Imagen de 2011 muestra una copia del "Libro Verde" de Khadaffi, quemado y tirado en la ciudad libia de Benghazi. / AFP
Cinco años después siguen los enfrentamientos en el país rico en petróleo. Decenas de milicias luchan por controlar el territorio y los recursos naturales. Es tierra de nadie, o mejor dicho, de los señores de la guerra. No se atisba una solución inmediata ni duradera pese a los esfuerzos diplomáticos de otros países y Amnistía Internacional (AI) denunció este año que todas las partes han cometido crímenes de guerra y abusos graves contra los derechos humanos y los civiles pese a la caída del caudillo.
Un combatientes de las fuerzas libias apoyadas por la ONU, en el área de Sirte, Libia. / Reuters
Un combatientes de las fuerzas libias apoyadas por la ONU, en el área de Sirte, Libia. / Reuters
Los tres gobiernos simultáneos
Libia tiene hasta tres gobiernos simultáneos. Dos están en Trípoli. Uno respaldado por la ONU que debía ser el gobierno de unidad nacional. El otro, respaldado por Qatar y Turquía, es de tendencia islamista y considerado rebelde. El tercero está en Tobruq, al este del país, y es reconocido por la comunidad internacional tras las elecciones de 2014. Este último controla los principales recursos petroleros. Sólo hace unos días milicias afines al Gobierno de Tripoli retiraron su apoyo al ejecutivo respaldado por la ONU, con lo que la situación se ha agravado.
La vida sigue. Un mercado en la plaza de los Mártires, en Trípoli, Libia. / AFP
La vida sigue. Un mercado en la plaza de los Mártires, en Trípoli, Libia. / AFP
El Gobierno de unidad se formó tras un fallido acuerdo de paz auspiciado por la ONU y firmado en diciembre por miembros del antiguo gobierno de la capital y una pequeña parte del Parlamento desplazado en Tobruq. Pese a que cuenta con el pleno apoyo de Naciones Unidas, EE.UU. y la UE, carece de respaldo popular y de la legitimidad que le tiene que proporcionar el parlamento de Tobruq. Desde que fuera formado en abril, su único logro ha sido formar una alianza de milicias, lideradas por la poderosa ciudad de Misrata, para tratar de expulsar a la rama libia del ISIS la ciudad de Sirte, que controla desde febrero de 2015.
La plaza de los Mártires hoy en Trípoli, a cinco años de la muerte de Khadaffi. / AFP
La plaza de los Mártires hoy en Trípoli, a cinco años de la muerte de Khadaffi. / AFP
El segundo se conoce como Congreso Nacional General (CNG), una entidad de ideología islamista que gobernó Libia tras la caída de Khadafi pero no reconoció el resultado de los comicios celebrados en 2014. Miembros del CNG asaltaron edificios oficiales el pasado fin de semana y ordenaron la salida del gobierno de unidad, al que acusaron de haber agudizado la crisis política y de ser incapaz de mejorar las condiciones de vida de la población, que sufre constantes y largos cortes de suministro eléctrico.
En Tobruq el hombre fuerte es el general Jalifa Hafter, antiguo miembro de la cúpula khadafista y reclutado en la década de los ochenta por la CIA. Se opone a los dos gobiernos en Trípoli. Hafter, al que ahora la ONU trata de contactar para sumarle al proceso de paz tras haberlo ignorado durante meses, combate en Bengasi y ha advertido de que no parará hasta llegar a la capital.
Vendedores ambulantes, en Trípoli, Libia. / AFP
Vendedores ambulantes, en Trípoli, Libia. / AFP
El militar sostiene que es el único capaz de restablecer el orden en el país, de salvar a Libia. Ha reconquistado una parte de Bengasi que estaba en manos de grupos yihadistas afines a Al Qaeda. Sus opositores acusan a Hafter de tener un único objetivo: tomar el poder e instaurar una nueva dictadura militar.
Los errores de cálculo de la comunidad internacional
Obama reconoció en una entrevista con la cadena Fox el pasado mes de abril que su peor error como presidente ha sido “no planear el día después de lo que creo que fue la decisión correcta de intervenir en Libia” y en una entrevista con The Atlantic, criticó que los líderes europeos no prestaran atención al conflicto libio poco después de empezar la intervención. “Cuando miro atrás y me pregunto qué fue mal, hay espacio para las críticas porque tenía más fe en que los europeos, dada la proximidad de Libia, se implicaran más” en la estabilidad del país después de la operación militar, aseguró Obama a The Atlantic en referencia a Francia y Reino Unido. La Casa Blanca tuvo que matizar al presidente poco después de la publicación de la entrevista.
Libios compran pochoclo en Trípoli. / AFP
Libios compran pochoclo en Trípoli. / AFP
Este mes de septiembre, un informe del Parlamento británico reprobaba a Cameron por la falta de previsión y coherencia en la intervención libia, que hoy ha propiciado el auge del extremismo en el país mediterráneo.
"Siempre soñamos con la posibilidad de que hubiera una revolución, pensábamos todo el tiempo en cómo hacerla, pero Khadafi era muy fuerte y el país estaba muy cansado, así que nos sorprendimos cuando alguien lo hizo", explica a Efe el ex diputado Naser Seklani, ex preso de Khadafi y ahora exiliado en Túnez. "Sí, estábamos felices de habernos librado de Khadafi. Pero cinco años después comenzamos a preguntarnos quién hizo de verdad la revolución y sentimos que no fue una revolución libia, sino una decisión internacional, de EEUU y Francia junto con los ingleses,y eso nos crea una desazón tremenda", añade.
“Lo que está haciendo ahora Naciones Unidas prueba esta teoría. Porque en las reuniones que celebra estos días lo que intenta es imponer a esa gente que estuvo fuera y que los libios rechazan porque vienen para trabajar en favor de EE.UU., Europa, Qatar y no del pueblo", afirma Seklani.
La cuestión migratoria
Y por si todo ello fuera poco el país es un terreno donde han proliferado los mafiosos y los traficantes de personas armas, y drogas. Libia aglutinalos principales puertos de embarque para los refugiados que se juegan la vida para intentar llegar a las costas de Europa, los que llegaban de Oriente Medio antes de recorrer la ruta del Egeo en 2015 y los que vienen del África subsahariana.
Tras el acuerdo de la Unión Europea con Turquía que ha frenado el flujo de migrantes en el Mediterráneo Oriental, la ruta central que parte de Egipto y Libia vuelve a ser la más concurrida, y es mucho más peligrosa. Ello explica que aunque hayan llegado muchas menos personas a Europa en los primeros nueve meses del año, haya más muertos, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La UE quería un pacto similar al de Turquía con Libia, pero por ahora no ha obtenido una respuesta satisfactoria. Frontex estimó en junio que desde Libia llegarían a la UE 300.000 personas este año.
La base de los yihadistas en el norte de África
El consejo de Seguridad de la ONU advirtió hace un año que Libia podía ser la nueva base del ISIS. En Libia hay entre 4.000 y 6.000 combatientes del ISIS, según cálculos del comando estadounidense para África (Africom). Muchos de ellos han llegado desde Siria e Iraq. Una intervención internacional terrestre ha sonado varias veces en los últimos meses, y se sabe que hay tropas y fuerzas especiales de varios países en Libia. Pero de momento sólo hay apoyo aéreo y son milicias locales los que combaten al grupo yihadista, que en alguna ocasión ha penetrado en Túnez.
Por su parte, Hafter no logra acabar con las milicias afines a Al Qaeda aún presentes en Bengasi, para algunos la Aleppo de Libia, y las fuerzas favorables al gobierno de la ONU, basadas en Misrata, tampoco pueden liquidar del todo los focos de resistencia del ISIS en Sirte. Varios expertos temen que, una vez terminado el combates contra los yihadistas, los dos bandos se enfrenten directamente por controlar el país y se prolongue la guerra civil.
Camino de otra dictadura
Con todo ello, hay gente, como una farmacéutica de Tripoli, que se avergüenza al reconocer a la agencia AFP que echa de menos la estabilidad que había en el país cuando lo gobernaba con mano de hierro Khadafi. “Nuestra vida era mejor”, sentencia. “Los libios están obligados a elegir entre dos extremos: el caos de las milicias y los extremistas islamistas” o “un régimen militar”, dice a AFP el analista libio Mohamed Eljarh, del centro Rafik Hariri para Oriente Medio.
.

No hay comentarios:

Publicar un comentario