Fernando Trueba: España sigue siendo el país de la Inquisición"
Sobre la mesa de la terraza donde se realizará esta entrevista hay, por casualidad, un libro: "Che Guevara, una vida revolucionaria".
Fernando Trueba, director de cine español, ganador de innumerables Goya, un Oscar y el Premio Nacional de Cinematografía de España 2015, lo mira, lo toma, lo ojea.
"No pude terminarme este libro. Pero por el personaje", sentencia tajante, así, de entrada.
"Junto con (Henry) Kissinger, son los que más daño le han hecho a Latinoamérica. Kissinger porque claramente apoyaba toda la opresión, los golpes de Estado y porque para defender intereses económicos no le importaba que un continente entero perdiera las libertades", explica.
"Y el Che Guevara porque de alguna forma mostró el peor de los caminos posibles para luchar por ellas. Una especie de aventurerismo condenado al fracaso y un cierto mesianismo".
Si hay algo que tiene Fernando Trueba son las ideas claras. Un hombre tajante y sin pelos en la lengua, lo que en un país como España le ha traído más de una polémica. Palabra que, por lo demás, odia.
"Me gusta el humor, pero no me gusta la polémica ni la pelea ni la intolerancia. Me agota y además, me entristece".
Sin embargo, en su discurso de aceptación del Premio de Cinematografía este año dijo nunca haberse sentido español: "Ni cinco minutos de mi vida". Y ardió España.
“Yo soy español, vivo en España y estoy ahí encantado de la vida. ¿Si tengo sentimiento nacional? No.
"Yo soy español, vivo en España y estoy ahí encantado de la vida. ¿Si tengo sentimiento nacional? No. ¿Es obligatorio? Hay gente que cree que sí, que quieren ser policía de tus sentimientos. Yo no me meto en los de ellos, por favor déjenme tener los míos", le dice a BBC Mundo en Ciudad de México, donde se encuentra participando del Hay Festival México.
"Hay un cierto rebrote del patriotismo que no me gusta nada, es muy preocupante.En España ahora todos, de derechas y de izquierdas, están con banderas a ver quién la tiene más grande. No me gustan las banderas, pues ninguna. No me gustan ni las españolas, ni las catalanas, ninguna".
Cámara prestada
En la casa donde creció Fernando Trueba no había sofá, sólo sillas. Tampoco una máquina de fotos que retratara los momento familiares. De hecho, de su infancia no hay fotos, más allá de un par tomadas por fotógrafos ambulantes de la calle.
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Su madre le hacía a él y a sus hermanos toda la ropa, "desde el abrigo al bañador" y su padre tenía múltiples trabajos para poder enviar a sus hijos al colegio y darles una educación.
"Yo crecí en una casa sin libros. Los libros los fuimos trayendo los hermanos", relata.
"De ambiente artístico, ninguno. Mis padres sí tenían la obsesión de que estudiáramos, que tuviéramos una cultura".
Mal no les fue. Fernando y David salieron cineastas. Otro de los hermanos se inclinó por la escultura.
Esta fue la entrevista de Trueba con BBC Mundo:
¿Es verdad que de pequeño quería ser pintor?
Yo siempre dibujaba y pintaba. Era mi sueño, pero descubrí que no era bueno. Que tenía muy buena cabeza y muy mala mano. Entonces el cine ya me había conquistado. A los 15, 16, yo ya vivía para ver cine, para leer todo lo que encontrara sobre cine. Tenía una especie de sed muy grande. El cine fue desplazando otras cosas, como un huracán.
¿Cuándo tuvo su primera Super 8?
Nunca tuve una cámara. Cuando hice yo películas en Super 8 siempre me las prestaban. Tenía los catálogos de las cámaras como si fueran un sueño, como quien tiene revistas con chicas guapas que nunca va a tener.
Nunca tuve una cámara. Tenía los catálogos de las cámaras como si fueran un sueño, como quien tiene revistas con chicas guapas que nunca va a tener.
¿Por qué eligió el cine como forma de contar historias?
Son cosas que no son racionales. Es como que me preguntaran: "¿por qué te enamoraste de aquella mujer?". Es una especie de fuerza interior muy grande. No es que yo pensara: esto del cine es interesante como método narrativo de contar historias. No, es un impulso mucho más fuerte.
Pero de alguna manera es racional. Usted mismo dijo que tenía mejor cabeza que mano…
Yo creo que no. La inteligencia es sutil en todo, pero en el arte a veces estorba. Conozco directores con inteligencias superiores que no hacen buenas películas. La inteligencia no hace a un artista.
¿Y qué hace a un artista?
Un artista es el que sabe mirar el mundo y trasladado con su técnica, que tiene el dominio de un lenguaje -ya sea el pictórico, el escrito u otro- y sabe reinventar el mundo en él.
APHistorias íntimas
¿Qué le llama tanto la atención de las películas "de época"?
Yo cuento historias casi siempre íntimas. Entonces, lo que intento buscar el telón de fondo más adecuado para esos personajes. Hay momentos históricos conflictivos: la guerra, la posguerra, en España la llegada de la República, en Francia la ocupación… Pero mis películas no son históricas.
Por ejemplo, la próxima película que voy a hacer está situada en 1956. ¿Por qué? Es el momento en que los americanos han terminado el bloqueo a Franco, quien les ha dado bases militares para que lo apoyen en entrar a la ONU y, lo que a mí más me interesa, es que los americanos comienzan a ir a España a hacer películas allí. Las épicas: Orgullo y pasión, Alejandro Magno… ese es el contexto histórico que a mí me viene bien para la película, pero no es que yo quiera hacer una película histórica sobre eso.
Se refiere a "La reina de España". ¿Es realmente una secuela de "La niña de tus ojos"?
Han pasado 18 años, no puede ser una continuación, pero es un reencuentro con aquellos personajes. Les han pasado muchas cosas entre tantos, son los mismos, pero a la vez son otros y de repente se encuentran de nuevo 18 años después en el rodaje de otra película. Entonces es y no es una secuela.
O sea, ¿para Fernando Trueba nace primero la historia y después cuándo sucede?
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Sí, pero hay veces que nace unido. Recuerdo en "Belle Époque" (1992, ganadora de 9 Goyas y Oscar a la mejor película de habla no inglesa) en concreto que cuando empezábamos a hablar de ella la situaremos en 1917 porque queríamos que pasara igual, en una casa, en el campo con una familia, mientras llegaban unos ecos lejanos de una revolución en Rusia que sal parecer iba a cambiar el mundo y ya nada iba a ser nunca lo mismo.
Comenzamos con eso y terminamos situándola en la República, porque era más nuestro. Lo único que perdí es que probablemente la lencería era mejor en aquella época.
España entre la Inquisición y el progreso
¿Qué hay del pasado que sigue presente?
Yo creo que hay cosas que no se superan o que tardan mucho en superar. En mi país, que es lo que tengo más cerca y conozco mejor, a veces veo que seguimos siendo el país de la inquisición. Hemos progresado mucho y España ha cambiado mucho y ha evolucionado mucho, pero sigue habiendo el espíritu inquisitorial, la intolerancia, el querer meterte en controlar la vida privada de los demás. Eso es lo más feo y terrible del pasado.
¿Tiene que ver con la influencia de la Iglesia católica?
La Iglesia católica todavía tiene una influencia muy bestia sobre la realidad. Por ejemplo, cuando hacen campañas sobre el aborto, uno dice oiga, pero a ustedes qué les importa esto. Ustedes son curas, preocúpense del largo de la sotana, pero dejen a las mujeres solucionar los problemas que son de ellas. Lo mismo que cuando se meten con el matrimonio homosexual, por favor, dejen de meterse en la vida privada de la gente. No está en el evangelio esa especie de vocación policial. Jesucristo no la tenía, desde luego.
Es que les gustan mucho las vallas, como la de Melilla, con cuchillas, para que la gente que huye de la pobreza se corte además las manos después que han tenido que cruzar el mar.
Pero algo habrá avanzado España en todos estos años…
Yo creo que España ha avanzado muchísimo,a pesar de algunos que están todo el rato tirando para atrás. Y que tiran e imponen leyes regresivas. Ahora tenemos la ley mordaza por la que la gente no se puede acercar al parlamento y uno dice, oye, ¿que el parlamento es vuestro? ¿Es una finca? Es que están acostumbrados a tener el cortijo y los criados y el parlamento es de todos.
El parlamento está cercado por vallas. Es que les gustan mucho las vallas, como la de Melilla, con cuchillas, para que la gente que huye de la pobreza se corte además las manos después que han tenido que cruzar el mar. Todo eso es disparatado.
¿Y el franquismo sigue presente o ya se superó?
Luma Films
Hombre, el franquismo es una cosa del pasado. Pero yo creo que hay una herencia del franquismo en muchas acciones de gente que incluso no se da cuenta de ello.
Cualquier análisis sociológico de la España de hoy, además de constatar que hemos dado un paso gigantesco de progreso, también constata que la huella del franquismo y los herederos del franquismo siguen estando por ahí. Las dos cosas coexisten y ese es el conflicto.
Ahora hay una cosa muy positiva en España que son los nuevos partidos emergentes que han pasado de no existir a estar empatados como dos partidos mayoritarios. Un partido como Ciudadanos, es muy positivo en el sentido que es un avance en la derecha de este país hacia la modernidad y de dejar atrás esa derecha extrema. Me gustaría que la extrema derecha pase a ser residual y, de ser posible, a no existir. Porque representa valores que yo creo que son profundamente antidemocráticos.
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Fernando Trueba habló con Constanza Hola, de BBC Mundo, en el marco del Hay Festival México, un encuentro entre distintos pensadores y personalidades para debatir sobre el mundo de hoy e imaginar el de mañana, que tuvo lugar en Ciudad de México entre el 23 y el 25 de octubre.
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