martes, 27 de enero de 2015

Algunas de las claves sobre el adelanto electoral en Andalucía

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Después del sorpresivo movimiento de Susana Díaz y el PSOE andaluz, con un adelanto electoral que ha pillado a todos los partidos con el pie cambiado, creo que es hora de analizar algunas de las claves que al conjunto de la izquierda política no se le deben escapar.
Aunque parezca una obviedad, es necesario apuntar que con las excusas esgrimidas, Susana Díaz lo único que pretende es engañar al conjunto de los andaluces, los motivos del adelanto son otros, y la estrategia del PSOE nada tiene que ver con el bienestar de los trabajadores y trabajadoras de Andalucía.
Que a nadie se le olvide que el principal objetivo del PSOE como organización es el sostenimiento del sistema político y económico actual, no en vano es el partido que mejor ha apuntalado el capitalismo en España, y que más daño le ha hecho a la izquierda política real. Bajo esta premisa es mucho más fácil analizar y prever los movimientos de la presidenta no electa de Andalucía.

¿Errores de estrategia?

La situación en Andalucía tras el 22 de Marzo, como bien apuntaban desde Izquierda Unida, va a ser la de una inestabilidad aparente. El PSOE, virtual vencedor de las elecciones, no va a obtener mayoría absoluta y se quedará entorno al 35%, previsiblemente, el Partido Popular quedará en segundo lugar, seguido de cerca por Podemos e Izquierda Unida, en ese orden. ¿Significa esto que el PSOE andaluz ha adelantado las elecciones para encontrarse en un escenario peor que el actual? Evidentemente no.
Por otro lado, y teniendo en cuenta que, la mayor parte del electorado andaluz es voto socialista, y que Podemos no se presenta a las municipales, lo lógico para el PSOE habría sido hacer coincidir las autonómicas con las municipales de mayo, y así aprovechar el repunte socialista para apuntalar los pueblos y conquistar algunas de las grandes ciudades, y al mismo tiempo aprovechar la inercia de posibles votantes de Podemos que por votar PSOE en el pueblo se acabasen decantando por la misma opción política en las autonómicas, lo que beneficiaría sin lugar a dudas al PSOE. Sin embargo, Susana ha colocado las elecciones autonómicas en el calendario tan sólo dos meses antes de las municipales. ¿Se trata de otro error de estrategia? Yo creo que tampoco.

El plan de Felipe González

Desde Jacques Chirac, ningún político ha anticipado unas elecciones para acabar encontrándose en una situación peor, y Susana Díaz, bien asesorada por Felipe González, no va a ser menos. Lo que subyace tras este adelanto es un evidente acuerdo entre Partido Popular y Partido Socialista.
Podemos, aunque muy domesticado, no va a dilapidar sus opciones a la presidencia del gobierno central apoyando al PSOE en Andalucía, e Izquierda Unida, después de la puñalada trapera que siente que ha recibido, no va a volver a pactar con el PSOE andaluz. Por lo tanto, sólo el PP puede garantizar la continuidad en el gobierno del PSOE en Andalucía. Lo que se comenta por los pasillos de San Telmo es que el escenario más previsible será el de un PSOE gobernando en solitario sin mayoría absoluta y con el apoyo del Partido Popular para sacar adelante leyes y presupuestos, y oposición en temas menos trascendentales para continuar con el teatro. La excusa obvia del PP para justificar este escenario será la de frenar el populismo y el radicalismo chavista de Podemos e Izquierda Unida.
Una vez en esta tesitura, la Junta de Andalucía abrirá el grifo y beneficiará a los ayuntamientos populares para apuntalarlos, y Susana Díaz será la principal garante del entendimiento entre PP y PSOE, lo que la colocaría en primera línea de salida para sustituir a Pedro Sánchez al frente del Partido Socialista y como candidata a presidenta del gobierno central. De este modo, un pacto a la alemana donde Rajoy-Soraya se entendieran con Díaz-González desembocaría en un acuerdo de Partido Popular y Partido Socialista para gobernar España, lo que permitiría sostener el sistema -tal y como Felipe González lo concibe- cuatro años más.

Los apoyos de Susana

Cúpulas sindicales y empresariales parecen haberse aliado para apoyar sin paliativos el adelanto electoral y el escenario venidero. Ayer mismo se hacía pública una nota de prensa de Europa Press absolutamente vergonzosa por su contenido, que bajo el título “CCOO y UGT ven positivo el adelanto electoral ante los insuficientes logros del gobierno PSOE-IU” destacaba una retahíla de incongruencias que parece ser, salieron de la boca de Francisco Carbonero y Carmen Castilla, secretarios regionales de CCOO y UGT respectivamente.
Dicen los dirigentes sindicales que el gobierno PSOE-IU no ha funcionado, y esperan que el nuevo gobierno ponga en marcha la renta básica de inclusión social en Andalucía, así como reforzar las políticas activas de empleo. Se olvidan los secretarios generales de mencionar que Izquierda Unida viene defendiendo la renta básica desde que accedió al gobierno, y que ha sido el PSOE el que le ha puesto freno a toda costa a la iniciativa. Si realmente el objetivo de las cúpulas sindicales fuese el de beneficiar a los andaluces con la puesta en marcha de la renta básica se habrían dedicado a presionar al PSOE para que accediera a las exigencias de Izquierda Unida, y hoy estarían criticando que se haya acabado con el gobierno antes de poner en marcha estas leyes cruciales para el futuro de Andalucía. Un buen dirigente sindical no se apropia de unas siglas para opinar políticamente en la misma línea que los partidos capitalistas, los buenos sindicalistas afianzan sus lazos con la clase obrera y tejen firmes alianzas con la izquierda y los comunistas para preparar la decisiva batalla en defensa de sus intereses, ¿qué han hecho Carbonero y Castilla para que se apliquen medidas favorables a los trabajadores? ¿cuántas movilizaciones han convocado por la renta básica? ¿no estarán más bien pensando en un gobierno más favorable para enterrar corruptelas y pasteleos y volver así al status quo?
Por su parte, los principales empresarios, como no podía ser menos, se han conjurado para que el plan de Felipe salga bien. El grupo Joly, principal medio de comunicación andaluz con más de medio millón de lectores diarios, se ha volcado en apoyos a Susana Díaz y su adelanto electoral, y ha intentado dinamitar el gobierno PSOE-IU desde el primer minuto. Empresas como Abengoa, Acciona, Iberdrola o los principales terratenientes andaluces también están en la pomada, saben que un gobierno del PSOE apoyado por el PP legislaría en su favor y se han volcado en la operación.

El papel de Izquierda Unida

Los que dijimos desde el primer momento que gobernar Andalucía con el PSOE era un absoluto despropósito se ve que no íbamos muy desencaminados y el tiempo nos ha acabado dando la razón. El Gobierno andaluz ha resultado una tragedia para Izquierda Unida, no se ha conseguido legislar en favor de los intereses de los andaluces, no se ha reforzado la organización, es más, se ha dividido en su interno, se ha visto mermada en militancia real. Se han destrozado capitales de provincia por intereses políticos de unos y otros como el caso de Sevilla o Córdoba, y se ha llegado a enero de 2015 debilitados y con un discurso anti capitalista difícil de sostener después de cogobernar con unos sátrapas.
Sin embargo, a partir de ahora el coordinador andaluz Antonio Maíllo -que bajo mi parecer está desarrollando un buen papel al frente de la organización- tiene la opción de reconducir el barco. Si Maíllo es capaz de forzar a que los dirigentes tanto de Izquierda Unida como del PCA que han desempeñado un papel más determinante defendiendo en el seno de la organización el pacto de gobierno den un paso atrás, y recupera el espíritu de la Izquierda Unida combativa y de clase, es posible volver a aglutinar a toda la organización entorno a un fin común. En Andalucía Izquierda Unida y el Partido Comunista tienen una base social muy sólida, que se ha visto dañada por estos años de cogobierno, y recuperarla no va a ser tarea fácil, pero si se suelta lastre -no voy a señalar a nadie- y se vuelve al camino que nunca se debió abandonar, pronto IU recuperará el terreno perdido, sobre todo porque los ataques que le esperan a la clase trabajadora andaluza con un gobierno PP-PSOE van a ser insoportables para una tierra con más de un millón y medio de desempleados.

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