Una a una, cuáles fueron las brutales torturas de la CIA a los presos por terrorismo
Algunos
prisioneros fueron obligados a ingerir alimentos a través del recto y
otros, a mantenerse despiertos hasta por 180 horas, entre otras técnicas
brutales reveladas en el informe del Senado
La Agencia Nacional de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) llevó a cabo interrogatorios "más brutales"
de lo que admitió en los años posteriores a los atentados del 11 de
septiembre de 2001 y, además, no fueron efectivas. Esa fue una de las
conclusiones del informe divulgado por el Comité de Inteligencia del Senado de Estados Unidos, en el que además se detallaron las técnicas utilizadas a los presos sospechosos de terrorismo y algunos casos puntuales.
Rehidratación rectal
Al
menos cinco hombres detenidos por la CIA recibieron "rehidratación
rectal", es decir, eran obligados a ingerir comida, como hummus o pasta,
y agua a través del recto. El informe señala que no había una necesidad
médica para someter a los prisioneros a esa práctica.
Muertos por hipotermia
Algunos
ejemplos específicos de brutalidad en los interrogatorios de la CIA
citados en el reporte incluyen la muerte por hipotermia, en noviembre
del 2002, de Gul Rahman. Lo habían mantenido desnudo de la cintura para
abajo, y encadenado al piso de cemento de una prisión secreta de la CIA
en Afganistán.
Detenidos injustamente
Por lo
menos 26 de los 119 prisioneros fueron detenidos y encarcelados
injustamente, según el reporte. Entre ellos, estaba Nazar Ali, una
persona con discapacidad mental. "Su llanto era grabado para mostrárselo
a un miembro de su familia [también detenido]", según el informe.
El "submarino"
El
informe confirma el uso de la polémica técnica del "submarino", de
ahogamiento simulado, que causaba en los detenidos vómitos, convulsiones
y desmayos. El prisionero Abu Zubaydah fue sometido a esta práctica 83
veces, una de las cuales quedó "totalmente inconsciente y le salían
burbujas de la boca abierta". Luego fue revivido.
Hasta 180 horas sin dormir
A
algunos prisioneros se los mantuvo sin dormir por hasta 180 horas, a
veces con las manos atadas sobre sus cabezas, lo cual provocaba
alucinaciones en los prisioneros.
Ruleta rusa
Un
agente de la CIA no identificado sometía a un detenido al perverso
juego de la ruleta rusa. Lo apuntaba con una pistola y disparaba, sin
que él supiera si tenía balas.
Amenaza con taladro
Abd
al-Rahim al-Nashiri, un ciudadano saudí acusado de haber estado detrás
del ataque con bombas contra el destructor de la marina USS Cole, fue
trasladado a cárceles secretas en todo el mundo después de su captura en
2002. Un agente de la CIA acercó un taladro cerca de su cabeza y la
activó para asustarlo.
Amenazas a las familias
Algunos
agentes de la CIA amenazaron al menos a tres de sus prisioneros con un
eventual daño a sus familiares. Entre otras cosas, le dijeron a un
detenido que iban a abusar sexualmente de su madre.
Música a todo volumen
Los
prisioneros eran sometidos música fuerte - incluyendo el tema "Rawhide"
de la película Blues Brothers - y ruido para darles una "sensación de
desesperanza".
Esposados con sus manos sobre sus cabezas
Redha
al-Najar, un ex guardaespaldas de Osama Ben Laden, fue esposado a una
barra que estaba encima de su cabeza y quedó colgando por 22 horas para
que "rompiera" su resistencia. Le pusieron un pañal y le negaron el
acceso al baño.
Confinamiento
Entre junio y
agosto de 2002, Abú Zubeida fue "aislado durante 47 días sin ser
interrogado", destaca el informe. La técnica del confinamiento es aún
más dura: Zubeida fue colocado en una suerte de caja del tamaño de un
ataúd durante 266 horas, más de 11 días, y en otra todavía más pequeña
durante 29 horas, mientras se lo interrogaba.
Envueltos en plástico
En
un centro secreto de detención, identificado con el nombre de "Cobalt",
cinco agentes de la CIA sacaban a los gritos a un detenido de su
célula, lo desnudaban, lo envolvían con una cinta de plástico y lo
tiraban violentamente al piso. Luego lo paseaban por el corredor,
golpeándolo y abofeteándolo.
Walling
La "técnica de la pared" (walling)
consiste en ubicar a la persona detenida frente a pared. El
interrogador la atrae hacia él y luego la lanza violentamente contra la
pared. Jaled Cheij Mohammed, el presunto cerebro de los atentados del 11
de septiembre de 2001, fue sometido a ese método, así como a los
suplicios del simulacro de ahogamiento y de la privación del sueño..
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