lunes, 29 de septiembre de 2014

LAS MUJERES COMBATEN A LOS FANATICOS MUSULMANES

Las milicianas kurdas plantan cara al yihadismo Uno de los principales focos de resistencia a los yihadistas en Siria y en Irak son los kurdos, un pueblo zarandeado que se da en algunas de sus comunidades una organización comunitaria y hasta socialista. Entre los kurdos, quienes libran una batalla especial contra el Estado Islámico son las mujeres.

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Mujeres combatientes del PKK se suman a la resistencia ante el avance del EL. Foto: AFP Ahmad Al-Rubaye
El antiguo Estado Islámico de Irak y el Levante, hoy llamado simplemente Estado Islámico (EI) concibe a la mujer como un ser débil y puramente decorativo. Sólo recurre a ella para tener sexo, explica Farida Abdo desde la comisaría de Afrin. “Las mujeres tenemos aptitudes, y la mejor manera de demostrarlo es combatiendo a los yihadistas para hacer que se sientan inferiores”, remarca esta agente policial.
Desde que se inició el conflicto sirio, en marzo de 2011, las mujeres kurdas están llevando a cabo una doble lucha por el reconocimiento de su pueblo y la reivindicación del rol femenino en un Oriente Medio marcadamente patriarcal. Siguiendo la tesis de Abdullah Öcalan, líder histórico del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (Pkk), preso desde hace años en Turquía, el Movimiento Democrático Popular de Kurdistán Oeste (Tev-Dem) –organismo paraguas de las organizaciones afines al Pkk– apuesta por la participación de la mujer en la esfera político-militar y por un coliderazgo en los diferentes organismos.
“Debemos abandonar el ámbito doméstico y asumir un rol activo en la autonomía democrática que se está gestando. Es un momento histórico y la mujer debe estar presente en él”, destaca Rokan Ahmad, máxima dirigente del Tev-Dem en Afrin, ciudad de mayoría kurda del norte de la provincia siria de Alepo. La otra gran preocupación de Rokan es la grave amenaza que supone el avance yihadista en las zonas de Siria bajo control rebelde, que desde el pasado junio libra una guerra sin cuartel contra la milicia kurda.
Según un informe de Human Rights Watch, el Frente al-Nusra y el EI están imponiendo “normas estrictas y discriminatorias para las mujeres” en las zonas bajo su control. La sharia, la estricta ley islámica impuesta por estos grupos, obliga a las féminas a llevar velo y abaya, una prenda de ropa ancha que cubre todo el cuerpo hasta los pies.
La organización de derechos humanos denuncia que las restricciones afectan a la vida cotidiana de mujeres y niñas, limitando su capacidad de recibir una educación y de mantener a sus familias. El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, con sede en Londres, y decenas de activistas sobre el terreno, confirman “casos de detenciones de mujeres por razones políticas, por formar parte de organizaciones civiles y por manifestarse”.
“Estos combatientes extremistas practican la Yihad al-Nikah (yihad sexual), que les permite tener y disfrutar de sexo durante la batalla”, alerta Rokan. Testimonios provenientes de las zonas controladas por el EI denuncian el rapto y la violación de mujeres para satisfacer los caprichos sexuales de los emires, señores de la guerra principalmente extranjeros.
Akhin, máxima responsable de la policía kurda en Afrin, cuenta cómo el Frente al-Nusra la detuvo durante ocho horas en un checkpoint cuando regresaba de Damasco. “No me tocaron porque iba totalmente tapada. Si llegan a saber quién soy me hubieran ejecutado allí mismo”, recuerda esta joven regresada hace poco de Qandil.
La ofensiva que los grupos yihadistas mantienen sobre las regiones de mayoría kurda del norte de Siria ha provocado una gran movilización entre la población, y muchas mujeres se han alistado en la policía y las Unidades de Protección Kurdas. Desde marzo de 2013 ambos cuerpos tienen su propia sección femenina, con gran autonomía respecto de la estructura central. “Gran parte de nuestro trabajo lo realizamos de forma conjunta con los hombres. Actuamos de forma independiente cuando hay que investigar casos en los que están implicadas mujeres”, indica Akhin. Ahora la cuota femenina en la estructura militar es del 35 por ciento, pero los mandos apuntan que el objetivo es acercarse al 50.
En el frente de Basufane se visualiza la gran incorporación de mujeres a la sección femenina de la milicia kurda (Ypj). Centenares de jóvenes cercanas a los 20 años se han alistado en las Ypj, dejando atrás estudios y trabajo y pasando largas temporadas en el frente sin ver a sus familias.
“Los milicianos del EI nos temen incluso más que a los hombres, porque según sus creencias si mueren en combate abatidos por una mujer no alcanzarán el paraíso”, explica Zilan desde su garita de vigilancia. Una versión que ratifica Abdullrahman, miembro del comité negociador que en ocasiones ha mantenido reuniones con los yihadistas para intercambiar cuerpos, prisioneros y gestionar treguas. Roksen murió en Basufane el pasado octubre en duros enfrentamientos con el EI cuando cubría la retirada de sus compañeras. Abdullrahman fue quien recuperó su cuerpo prácticamente irreconocible. “A la madre le explicamos que su hija se inmoló con una granada antes de ser detenida. Pero lo cierto es que los extremistas lanzaron su cadáver a los perros y lo desfiguraron completamente”, afirma.
(Tomado de www.rebelion.org)

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