Entrevista a Gerardo Bavio, reecordando a John W. Cooke en un nuevo aniversario de su fallecimiento (19.9.1968)
"El peronismo cayó en 1955 porque la clase trabajadora no participó en la lucha"
En base a extractos de El peronismo que no fue. La (otra) otra historia, de Editorial Metrópolis |
G:- Con unos amigos decidimos irnos un verano a Carlos Paz, a la noche nos juntamos a conversar con Jorge Vexenat, que acababa de volver de Cuba, nos relató cómo eran las cosas. Ahí yo creo que surgió la idea de que era necesario ir a Cuba, para ponernos en contacto no solo con el Che, sino también con John William Cooke que considerábamos que era la figura central dentro del peronismo para generar una transformación interna. Era transformar ese “gigante invertebrado y miope” en “organización y conciencia”, como decía Cooke.
M:- Cooke había planteado que el
gobierno popular había caído en septiembre de 1955 porque la clase
trabajadora no participó en la lucha.
G:- Había una
evidente conspiración por parte de los llamados partidos opositores.
También hubo un llamado de Perón a la pacificación, que no es escuchado,
vienen los discursos de los distintos sectores políticos, todos
opinando en contra del gobierno y con una actitud completamente
conspirativa, así se desencadena el 16 de septiembre de 1955, con esa
escalada de sublevaciones que comienzan en Córdoba, que en realidad se
frustran, fueron tres días de movimientos, de actores militares que se
sublevan, que son rodeados, parecía que el gobierno había logrado vencer
la conspiración antiperonista.
MH: Y que John William Cooke dijera que fueron vencidos porque los trabajadores no fueron movilizados.
GB:
Exactamente, ahí falló algo que es fundamental, que fue la burocracia
sindical, que tuvo actitudes que podrían calificarse de claudicantes.
También el Partido Peronista en cuyo frente estaba el Almirante Teisaire
en esa misma actitud. Y la ausencia de los trabajadores, pero también
la política de Perón que llamaba a los trabajadores a no armarse.
John William Cooke fue designado por Perón en la última etapa de la
conspiración, en el cargo de interventor del partido en la Capital
Federal. Cooke tuvo actitudes muy firmes, dijo que debían tomarse las
calles, que debían organizarse, las armas que había comprado Eva Perón
para los trabajadores habían sido devueltas a la Gendarmería, es decir,
se combinaba toda una política destinada a la claudicación por parte de
los sectores que se supone que eran peronistas.
La clase
trabajadora estaba encerrada por la burocracia sindical, marginada del
eje de la resolución, el mismo Perón dijo: “del trabajo a casa y de casa
al trabajo, y dejen que este es un asunto entre soldados”. Que era una
forma de determinar su derrota, porque evidentemente si había algo o
alguien que podía ayudar al gobierno de Perón era la clase obrera en la
calle, los “milicos” ya estaban en otra, ya habían dado el salto en
contra. Es un fenómeno que hay que analizar también, hasta qué punto las
Fuerzas Armadas apoyaron, y la pregunta es: ¿apoyaron alguna vez las
Fuerzas Armadas al peronismo, tal cual se originó el 17 de Octubre? Más
bien toleraron ciertas cosas y mantuvieron una vigilancia crítica hacia
el peronismo desde la derecha. En varias oportunidades hubo presencias
de las Fuerzas Armadas para frenar los avances del peronismo en el área
social o económica.
M:- ¿Por qué Cooke en algún momento es acusado de traicionar a la revolución?
G:- Tienen que ser grupos de extrema derecha los que decían eso, John William Cooke no traicionó jamás.
M:- Pero hay algunas declaraciones de César Marcos, un dirigente de la
Resistencia Peronista, que hace críticas muy duras a Cooke, inclusive
creo que le manda cartas a Perón criticándolo.
G:- Recuerdo
que trabajaron juntos en la Cámara de Diputados. Cooke ha tenido muchos
enemigos, por eso también lo marginaron de ser el delegado de Perón
quien en un momento lo había elegido para ese puesto. Sin embargo, hubo
ataques, inclusive en un libro que se llama El delegado maldito de Perón
de Franco Limner, lleno de inexactitudes y tergiversaciones, difamador,
atacando la figura de Cooke, lo trata de drogadicto, en fin, un libro
infame. Cooke despertó muchas oposiciones en sectores peronistas,
quizás, peronistas entre comillas más cercanos a monseñores y generales
que al pueblo peronista, esos eran los “calígrafos” como les llamaba
Cooke, porque querían tener buena letra con el enemigo. No era el caso
de Marcos.
Perón-Cooke
M:- Después
retomamos esto, acá el tema interesante de Cooke es cómo se acerca al
marxismo desde el peronismo. Es un caso particular porque en esos años
sectores del marxismo se acercan al peronismo y el caso de él es al
revés. Hacia el final de su vida, arriba a una perspectiva política más
orientada hacia el marxismo y a un enfoque más crítico del peronismo.
¿Por qué no rompe abiertamente con Perón y no toma una opción
independiente a pesar de esto que estamos hablando?
G:- El
mantiene una relación amistosa con Perón, eso se traduce en su
correspondencia, que es una documentación básica para entender el
proceso que se vivió en aquellos años. Ahí le puntualiza críticas y
Perón le contesta, en todos sus trabajos hay una crítica al método de
conducción, a los limites ideológicos que se mantiene de lo que puede
considerarse un capitalismo autónomo y Cooke, por el contrario, avanza
hacia una transformación social profunda, que no puede el peronismo
mantenerse en un equilibrio permanente sin tomar una decisión clara ya
sea a favor o en contra de una transformación socialista. Ese es el
núcleo de la polémica entre Perón y Cooke. Con respeto y afecto siempre,
aun así Perón lo marginó, pero seguían teniendo su vinculación
epistolar. Al final las cartas de Cooke van dejando de tener respuesta,
en una de esas últimas cartas le dice: “Piense General qué va a
significar para los argentinos ser peronista cuando usted ya no esté”.
Es decir, quedaba ese peronismo sin orientación, ni decisión, ni
contenidos ideológicos y políticos claros. Quedaban movimientos
pendulares hacia la izquierda y hacia la derecha, con un Perón que
utilizaba a los sectores más burocráticos para tener control.
El “Che” y Cooke
MH: ¿Cómo era la relación del Che con John W. Cooke?
GB:
De acuerdo a mi experiencia fue muy buena por ambas partes. El Che
admiraba y respetaba mucho al “Gordo” Cooke y asumía mucho de su
pensamiento, sobre todo, con respecto al peronismo.
MH: El “hecho maldito”.
GB:
Así es. El “Gordo” Cooke tuvo la capacidad de influir en muchos
sectores de la sociedad y dirigentes cubanos. Además, para Cooke, el Che
era una figura fundamental y su proyecto no era antagónico con el suyo,
eran complementarios. Cooke tenía más la concepción de la revolución
como un proceso de insubordinación de las masas, de las bases sociales y
el Che tenía algo de aquello que critican como foquismo, que las
condiciones las crea “el foco” guerrillero. Ese fue uno de los debates
que no los llegaron a antagonizar en ningún momento ya que podrían ser
complementarios, según la realidad, porque lo que marca la táctica de un
proceso revolucionario es la realidad concreta, sin partir de ella no
se puede pensar en una transformación social. Eso es lo básico.
En una etapa posterior, el Che comienza a desarrollar un proyecto
guerrillero para América Latina, y fue realizándolo de manera
compartimentada, es decir, los argentinos que estábamos ahí ignorábamos
los detalles de los preparativos de lo que culminó con la guerrilla de
Jorge Masetti en Salta. Con el Comandante Segundo al frente, y que
fracasó por las crisis internas, el aislamiento y la pronta ubicación de
ese foco guerrillero. Ahí comenzó un accionar que culminaría con el Che
en Bolivia, el concepto “foquista”. John William Cooke era crítico de
este concepto, sostenía que generar una patrulla perdida, con una
vanguardia caída de la estratósfera no tenía sentido, ya que en realidad
esa vanguardia y esa lucha insurreccional deberían ser la culminación
de todo un proceso de lucha de masas y organización, de toma de
conciencia y de apoyos en los distintos sectores de la población para
luego culminar con una acción armada.
Nosotros creíamos que el
Che compartía esas ideas, pero prevaleció la idea de acelerar el
proceso. Inicialmente esto da para discutir bastante, en primer lugar el
heroísmo del Che para llevar adelante un proceso, que sabemos que
fracasó, en sus relatos en su propio Diario se puede leer su
autocrítica. Ese fue el proceso que culminó con la muerte heroica del
Che y que abrió camino a una crítica más profunda de lo que debería ser
la insurrección armada en América Latina y que todavía hoy es un tema
abierto a la discusión.
Posteriormente al papel de Guevara al
frente de la lucha, el papel de John William Cooke respaldando la acción
del Che desde una posición más de organización de masas y de toma de
conciencia. Su idea era transformar el peronismo con su gran mayoría de
clase obrera y sectores combativos en una fuerza revolucionaria.
M:- ¿Cuál era la visión del Che del peronismo?
G:- En mi primer contacto con el Che en mi llegada a Cuba hablamos de
ese tema, yo le llevé un documento del PAR (Peronismo de Acción
Revolucionaria) que habíamos creado en Córdoba. El Che sintetizó su
opinión en varios conceptos, él consideraba que para hacer una
transformación social y para hacer la revolución en Argentina, la
presencia, o la realidad del movimiento peronista con tanto respaldo de
los trabajadores era algo fundamental. No se podía negar ni desplazar de
la realidad un movimiento con tales características y que lideraba la
resistencia contra la dictadura, posterior a 1955.
El Che
mencionó los conceptos de John William Cooke, que ya estaba en Cuba.
Algo que dijo y que me quedó muy grabado fue que temía que si bien el
peronismo tenía una potencialidad revolucionaria muy grande, y que había
que partir en gran medida de ahí, en un momento de crisis para el
capitalismo en Argentina, la figura de Perón fuera utilizada para
frustrar la posibilidad de hacer la revolución, es decir, desconfiaba
del papel que podía jugar Perón en una etapa de crisis y de tensión en
la Argentina.
Dijo que había que transformar, como decía Cooke,
la potencialidad revolucionaria del movimiento, en acto. ¿Cuándo?
¿Cómo? Esa era la tarea, impulsar el peronismo revolucionario,
vincularlo con los sectores de izquierda, promover una política de
masas. Esa era su idea en cuanto a la realidad argentina, evidentemente
durante mi estadía en Cuba persistía en la idea del foco, por el
contrario, Cooke sostenía una idea de política de masas.
Con Perón no se podía contar para nada
M:- Me quedó un tema relacionado con John William Cooke, dice León
Rozitchner: “Nos hicimos muy amigos con Cooke en Cuba, él no creía en
Perón, todo su discurso estaba armado en función de lo indecible para
poder mantener su relación en el campo político en el cual sí creía, es
decir en el peronismo. Al final Cooke tenía la convicción bien clara de
que con Perón no se podía contar para nada.”
Sobre esta
afirmación que hace Rozitchner en una entrevista que le hiciera Horacio
González, el actual director de la Biblioteca Nacional, en 1993, y que
coincide con los años en que vos estuviste en Cuba relacionado con
Cooke, ¿qué podés acotar?
G:- A través del proceso que se
vivió después de la Revolución Cubana, y del desplazamiento de Cooke
como delegado de Perón del Comando Táctico, que había estado en sus
manos desde casi el comienzo de la etapa de la Resistencia Peronista, se
da una creciente diferencia entre los métodos de conducción e ideas de
Perón y Cooke. Yo creo que en parte lo que dice Rozitchner es cierto,
Cooke se fue apartando, fue muy crítico al manejo pendular de la
política de Perón, y en ese sentido planteaba transformar el peronismo,
rescatar sus orígenes revolucionarios, y a sus integrantes, que no se
borraron y encabezaron la Resistencia. Los que militaron, los creadores
de la CGT auténtica, eran rescatados por Cooke mientras eran desplazados
por Perón de la conducción. Eso es cierto.
De todas maneras
tampoco coincide con el verdadero pensamiento de Cooke hacia Perón, son
muy claras sus concepciones, a partir de la conferencia que dio en
Córdoba después del frustrado retorno de Perón en 1964, que lo pararon
en Brasil. El explica claramente que el papel de Perón sigue siendo
fundamental para encarar una resistencia contra el sistema y las
dictaduras, pero se va apartando de algunas concepciones de Perón.
M:- Vos me comentabas, que inclusive Cooke en un momento quiso llevar a Perón a Cuba.
G:- Sí, eso fue en 1963, cuando surgió la invitación de Fidel Castro, y
que Cooke intentó acercársela a Perón, en Madrid, pero no pudo ingresar
a España por las restricciones impuestas por Franco. Por eso no pudo
contactarse directamente, pero se la hizo llegar y Perón dijo que no
convenía, y rechazó la posibilidad de ir a Cuba por un tiempo. Estimaría
que era contrario a su política, a pesar de sus declaraciones a favor
de la Revolución Cubana, ya que el Perón de esa época era más
revolucionario y más contundente en sus respuestas contra la dictadura.
De manera que yo creo en que ahí hay una separación de Cooke y Perón.
Pero en 1964, él rescata la figura de Perón como inaceptable para el
régimen, por eso rechaza la posibilidad de dejarlo ingresar a la
Argentina en el gobierno de Illia.
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