En Spanien hay tres millones de fascistas que votan al PP
.
La transición política de la dictadura a la democracia, mal
definida como modélica, se hizo en términos muy favorables a las fuerzas
ultraconservadoras que controlaban los aparatos del Estado así como la
mayoría de los medios de información. Este dominio determinó que el
resultado de dicha transición fuera una democracia muy limitada con un
estado del bienestar muy poco desarrollado (ver mi libro Bienestar
Insuficiente, Democracia Incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro
país). Todavía hoy, treinta y cinco años después de la Transición, el
estado del bienestar español está entre los menos desarrollados en la
eurozona y en la Unión Europea de los Quince (UE-15). Incluso antes de
que se iniciara la crisis, en el año 2007, el gasto público social como
porcentaje del PIB era solo de un 20,7% (y solo de un 17,8% en
Catalunya), frente al promedio de la UE-15 (26,9%). En Suecia era
entonces de un 29,2%. Si en lugar de analizar el gasto público social
(que incluye las pensiones y los servicios públicos tales como sanidad,
educación, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios
domiciliarios, transferencias a las familias, vivienda social y
prevención de la exclusión social, entre otros) como porcentaje del PIB,
estudiamos el porcentaje de la población adulta que trabaja en los
servicios del estado del bienestar, vemos que España continua siendo de
los países con menos adultos trabajando en ese ámbito. De nuevo, ya en
el 2007, veíamos que el porcentaje de la población adulta trabajando en
esos servicios era un 10% (y en Catalunya, un 8%), mucho más bajo que el
promedio de la UE-15 (un 15%) y mucho, mucho más bajo que en Suecia
(24%). Es decir, que mientras en Suecia casi uno de cada cuatro suecos
adultos trabajaba en los servicios públicos del estado del bienestar, en
España era solo uno de cada diez (y en Catalunya no llegaba ni a esto).
Así pues, la imagen promovida por los conservadores y liberales de que
el empleo público era y es demasiado extenso (e hipertrofiado) no se
correspondía ni se corresponde con los datos. En realidad, estos
porcentajes son los más bajos de la UE-15 (solo en Portugal es menor, un
7%).
.
¿Por qué el Partido Popular no es más impopular?
Como era de prever, el voto esperado a los partidos gobernantes que
llevan a cabo esos recortes ha bajado. Pero es sorprendente que en
España no haya bajado mucho más. ¿Por qué?
La respuesta a nivel de España es fácil. El nacionalismo españolista,
heredero de la dictadura, moviliza todavía hoy a millones de personas
que claramente votan en contra de sus intereses, a fin de defender a
España frente a los que ese españolismo define como rojos, separatistas y
anti-Iglesia. Cuarenta años de fascismo y treinta y cuatro de
democracia supervisada y vigilada garantizan la continuidad de este
rancio franquismo y su cultura nacional-católica. No es por casualidad
que gran número de las reformas educativas y culturales tengan como
objetivo recuperar este nacionalismo españolista que en ciertas partes
de España, la España mesetaria, es todavía muy poderoso. Tanto en su
versión casi religiosa –el PP- como en su versión laica -UPyD-, este
nacionalismo centralista españolista está movilizando a España. Este
nacionalismo, y en menor grado la religión (en España), continúan siendo
utilizados para ocultar el ataque más frontal que el escasamente
financiado estado del bienestar español ha padecido.
Vicenç Navarro es Catedrático de Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
No hay comentarios:
Publicar un comentario