lunes, 12 de noviembre de 2012

UNA IGLESIA ASESINA Y GENOCIDA


ARGENTINA(Podría decir España) | Último documento sobre el tema

Curas contra obispos por el papel de la Iglesia en la dictadura militar argentina

Si la Iglesia católica argentina creía que los cuestionamientos sobre su papel en la dictadura militar argentina de 1976 a 1983 habían quedado atrás, se confundía. Levantó la liebre uno de los más sangrientos dictadores de aquellos años, Jorge Videla, quien hace unos meses atribuyó responsabilidades delictivas a "quienes entonces conducían el Episcopado".
La de hace unos días fue la primera Asamblea del Episcopado argentino desde aquellas incendiarias declaraciones y la reunión llegaba además después de que un grupo de cristianos laicos, liderados por el escribano Hernán Patiño Mayer, exigiera a los obispos un pronunciamiento sobre la cuestión, según informa 'Página 12'. El pasado viernes, el Episcopado publicó un documento en el que los obispos hacen un llamamiento a la reconciliación nacional y se comprometen a revisar el papel de la Iglesia durante aquellos años y aportar a la Justicia "todos los antecedentes" sobre la cuestión.
El grupo de Curas en la Opción por los Pobres arremetió contra el documento, que considera "pobre" e "insuficiente": primero, porque "el pedido de perdón debe ser concreto" y no tan abstracto como se desprende de los comunicados episcopales. "Sabemos bien que fueron muchas las voces eclesiásticas episcopales o presbiterales que justificaron la tortura públicamente como un 'mal menor', e incluso participaron de las mismas", sostiene el documento, firmado por los secretarios de la agrupación Juan Carlos Baigorri, Marcelo Ciaramella, Roberto Murall y Eduardo de la Serna.

Hipocresía

El año 2000, con ocasión del Jubileo, la Iglesia argentina pidió perdón, pero fue una petición "tibia y limitada", que "no se entiende" si "realmente creen que hicieron todo lo debido y necesario". El grupo alude también a miembros de la Iglesia que, por su tendencia de izquierdas, fueron "mártires desaparecidos, asesinados o torturados", como el obispo Enrique Angelelli.
La respuesta de este grupo de sacerdotes es una crítica contundente a la hipocresía imperante en una parte de la cúpula eclesiástica: "Debemos confesar que nos escandaliza que ante la sociedad parezca que usar preservativo sea más grave que la tortura; que el sexo prematrimonial sea más grave que violar mujeres detenidas o desaparecidas; que engendrar hijos fuera del sacramento del matrimonio sea más grave que apropiarse de niños después de tirar al mar a sus padres, que la homosexualidad es una enfermedad perversa y más grave que ser un torturador o presenciar con sadismo y complicidad sesiones de tortura, que el aborto de una mujer angustiada en su situación de embarazo no deseado o provocado sea tenido por genocidio y como algo mucho más grave que arrojar personas vivas al mar, atadas, dopadas y secuestradas".

Los dos demonios

Este sector católico echa de menos más colaboración con la Justicia, así como apoyo a organizaciones de defensa de los derechos humanos, especialmente las Madres y Abuelas de Mayo. Los Curas en la Opción Preferencial por los Pobres también critican la asunción por parte de los obispos de la llamada y polémica 'teoría de los dos demonios', esto es, la asunción de que se trató de un período terrible en que se practicó la violencia por ambos lados.
Los obispos habían señalado: "Conocemos los sufrimientos y reclamos de la Iglesia por tantos desaparecidos, torturados, ejecutados sin juicio, niños quitados a sus madres, a causa del terrorismo de Estado. Como también sabemos de la muerte y desolación causada por la violencia guerrillera", si bien reconocían que "menos aún puede legitimarse la violencia ejercida por el Estado".
Argentina ha dado pasos significativos en la recuperación de la memoria histórica, pero todavía queda mucho por hacer. Y una de las cuestiones más espinosas y que levantan más ampollas sigue girando en torno al papel de la Iglesia.
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