Rebeldes asesinan a rebeldes
En un intento por dividir las aguas internas de los rebeldes, el vocero del gobierno de Khadafi, Moussa Ibrahim, se regodeó con el asesinato de Younes y lo definió como “una formidable cachetada en la cara de Inglaterra”.
Por Matt Chorley y
Patrick Cockburn *
El régimen de Khadafi celebró ayer el asesinato del líder rebelde libio, Abdel Fattah Younes, y lo definió como una cachetada para Inglaterra. Las declaraciones se efectuaron luego de que el Reino Unido reconociera formalmente como gobierno a la oposición de Khadafi y se descubriera que el líder murió asesinado en manos de la propia insurgencia.
El general Abdel Fattah Younes, un ex ministro de Trípoli que se unió a las revueltas en febrero, fue muerto de un tiro el jueves. En medio de una creciente confusión sobre el hecho, se dijo que sus asesinos eran miembros de la Brigada Obaida Ibn Jarrah, una milicia islamista ligada a la campaña para derrocar a Khadafi, quien los acusa de ser cercanos a la red terrorista de Al Qaida. El ministro de los rebeldes, Ali Tarhouni, dijo que el general Younes había sido asesinado por los rebeldes que lo retiraron de la línea de fuego. En un intento por dividir las aguas internas de los rebeldes, el vocero del gobierno de Khadafi, Moussa Ibrahim, se regodeó con lo sucedido. “Es una formidable cachetada en la cara de Inglaterra el hecho que el Consejo Nacional de Transición (CNT) haya reconocido que fue incapaz de proteger a su propio comandante. Con esto, Al Qaida reforzará su presencia en la región”, dijo con sorna. “Los otros miembros del Consejo sabían de esto pero no reaccionaron porque tienen miedo de Al Qaida”, afirmó un Ibrahim triunfalista.
“El asesinato de Younes es otra prueba del desatino que significó que la OTAN se inmiscuyera en la guerra civil de Libia. Deberíamos haber creado un refugio seguro en Benghazi y dejarlo ahí”, dijo Christopher Meyer, un ex embajador británico en Washington. El secretario de Exterior, William Hague, dijo el miércoles que Inglaterra reconocía formalmente al CNT. Los diplomáticos del régimen que quedaban en Inglaterra fueron expulsados acto seguido. El reconocimiento al CNT, en el mismo momento que probablemente se encontraban matando o torturando a su propio jefe militar, es uno más de los desaciertos de Inglaterra con respecto a Libia. Esto debería hacer reflexionar acerca de a quién apoya Inglaterra y las potencias extranjeras en Libia en caso de que Khadafi caiga.
Los medios son grandes responsables por haberle dado al CNT más credibilidad de la que le dio el gobierno británico como una alternativa al régimen de Khadafi. Las historias atroces difundidas, tales como las violaciones masivas por parte del ejército de Khadafi, fueron punta de lanza de la CNN y otras cadenas. Pero tanto Human Rights Watch, como Amnesty International y hasta una comisión de la ONU dijeron que no había evidencia para sostener semejantes acusaciones. Sin embargo, no hubo retractación por parte de los medios. La muerte sospechosa de Younes, quienquiera haya sido el autor, puso en tela de juicio el mito del supuesto liderazgo rebelde capaz de reemplazar a Khadafi y terminar con la guerra. Muchos gobiernos extranjeros están poniendo sus esfuerzos en instalar a los rebeldes en el poder y muchos periodistas los presentaron como los paladines de la libertad.
Las acusaciones por traición en contra de Younes y su asesinato echaron luz sobre las divisiones internas dentro del liderazgo rebelde, las cuales hasta ahora se han mantenido sorprendentemente bien escondidas. Su última aparición en público había sido en una conferencia de prensa en Benghazi, donde se mostró exultante y confiado en que las tropas rebeldes avanzaban sobre Trípoli. Tal como describía la situación militar, era difícil tener una visión real de cómo era la situación en el frente de batalla. Las retiradas caóticas de los valientes pero histéricos rebeldes de Benghazi eran retratados por Younes como grandes estrategas militares. La realidad es que los rebeldes libios son aún más débiles que los de Afganistán e Irak, donde la oposición tenía un núcleo duro de luchadores entrenados apoyados por Occidente. En Libia estas fuerzas rebeldes son inexperimentadas, débiles y con enfrentamientos internos de orden tribal.
En medio de crecientes rumores sobre peleas internas entre los rebeldes y la CNT en la diáspora, la OTAN aumentó sus bombardeos ayer, atacando tres antenas satelitales de la televisión estatal libia. La alianza militar dijo que Khadafi estaba usando la transmisión televisiva para intimidar al pueblo de Libia e instigaba a la violencia contra ellos. Pese a las bombas, la transmisión se mantuvo en el aire.
* De The Independent de Gran Bretaña.
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