Ojo con los contratistas
Los contratistas militares estadounidenses que realizan operaciones contra el tráfico de drogas han crecido en América Latina, al margen de la ley y sin ningún mecanismo de rendición de cuentas, alertó una experta de la ONU. (Fuente: Notimex)
Lo de llamarles “contratistas” ha sido el mejor eufemismo que encontró el floreciente negocio de los mercenarios, esos inescrupulosos soldados de fortuna que llevan décadas asolando a nuestros pueblos, cada vez que alguna potencia intervencionista opta por no dar la cara oficial, pero como los financia, y muy bien, es como hacerse transparentes en sus canallas intenciones.
El Pentágono estadounidense ha reverdecido en la última década los laureles de esa tropa asesina en Iraq y Afganistán y ahora está propiciando que se extienda hacia nuestras tierras de América, según denunció Amada Benavides de Pérez, miembro del Grupo de Trabajo de Naciones Unidas (ONU) sobre mercenarios, porque representa una creciente amenaza a los derechos humanos y a las libertades civiles de los países latinoamericanos.
Para ello Estados Unidos ha efectuado un gasto de tres mil 100 millones de dólares de 2004 a 2009 para pagar las operaciones de cientos de los llamados contratistas militares privados en América Latina, al margen de los gobiernos nacionales y de marcos legales y éticos. El 80 por ciento de tal suma se destinó a Colombia, el 3,6 a Perú y el 3,4 a Bolivia, y el resto entre otros países de la región.
El muy gastado pretexto para esa amenazadora presencia es el presunto combate al narcotráfico, pero nada acerca del insaciable mercado consumidor estadounidense por donde en rigor se debería comenzar. ¿Qué más harán en realidad los usurpadores contratistas?
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