Agustín Tosco merece su homenaje
La Legislatura de Córdoba, en tratamiento ‘sobre tablas’, resolvió desandar el camino de reconocimiento a un trabajador íntegro y consecuente como fue el ‘Gringo’ Tosco.
Hace unos días la Legislatura provincial de Córdoba, en tratamiento “sobre tablas”, sin discusión, resolvió desandar el camino de reconocimiento y homenaje a un trabajador íntegro y consecuente como fue el “Gringo” Tosco, secretario general del sindicato Luz y Fuerza, de Córdoba, al cambiar el nombre de la avenida de circunvalación de la ciudad capital que había resuelto el Consejo Deliberante hace cuatro años. En el año 2006, fui designado para llevar la adhesión de la CGT a un evento que contó con la presencia de los trabajadores de la energía, autoridades provinciales y nacionales en el que el Consejo Deliberante había votado por unanimidad el homenaje a Tosco.
Era el marco adecuado para evocar a un dirigente sindical de fuste, con ideas propias, que abrevó en el pensamiento de su época, que fue referencia inobjetable para el conjunto de los trabajadores, inhabilitado por la llamada Revolución Libertadora; que en tiempos de atropellos y barbarie como los ’50, ’60 y ’70 fue perseguido, cuando no estuvo preso. Siempre, junto a los trabajadores.
Recuperar la memoria implica reconocer a los protagonistas en el devenir de las luchas nacionales y populares. La contradictoria actitud de la Legislatura de Córdoba, hizo que muchas voces se alzaran contra el atropello a la identidad y la memoria, y hubo entonces un intento de reparar el desatino con una nueva designación de Agustín Tosco a una autopista. Sin embargo el daño ya estaba hecho.
Es mucho el terreno en disputa en torno a recuperar a los nuestros en los lugares significantes del país y las ciudades. El camino de reconstrucción de la memoria colectiva es arduo y sinuoso; a veces, lento; otras, impetuoso; y termina desnudando los monumentos y evocaciones aberrantes como ocurrió hace unos días en Saliquelló, provincia de Buenos Aires.
Allí, el 16 de septiembre de 1956 se erigió un monumento a la llamada Revolución Libertadora, justamente en la esquina de la plaza Hipólito Yrigoyen (en política nada es casualidad), el caudillo radical que sería víctima del primer golpe de Estado en la Argentina. En mayo de 2010, Diputados de la Nación dictó una resolución que en su artículo 1º, expresa el repudio a dicho monumento en Saliquelló y en el artículo 2º, exhorta a las autoridades competentes de la provincia de Buenos Aires a removerlo por constituir un agravio a las instituciones democráticas.
Pero ninguna autoridad procedió al mandato y así, en la “capital del novillo tipo”, el 2 de febrero pasado una pueblada terminó con el monumento a la dictadura del ’55. Otra forma de homenajear al Gringo Tosco y la Memoria de los argentinos. <
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