Premiada en el reciente Festival Internacional de Cine de Montreal, la película es el resultado de doce años de investigación realizado junto a Carolina Scaglione y presenta materiales desconocidos hasta el momento sobre la vida del Che.
El documental presenta textos escritos por Guevara que estaban en manos de los archivos secretos del Ejército de Bolivia y fotografías tomadas durante sus visitas diplomáticas a Japón y China. También incluye registros y grabaciones que lo presentan en su intimidad familiar, que fueron puestos a disposición de Bauer por Aleida March, la esposa de Guevara.
Yo nací en 1959, el año de la Revolución Cubana, así que de alguna manera estoy marcado por ese momento histórico y por la figura del Che.
La película se trata de un recorrido de muchos años. Cuando hicimos el documental sobre Julio Cortázar utilizamos un poema que le dedicaba al Che grabado con su propia voz. A partir de aquel poema empezamos a buscar imágenes para utilizar en la película. Allí empecé a madurar la idea de hacer una película sobre el Che.
La primera intención tenía una forma de ficción, incluso están guardados por ahí hay borradores de algunos guiones que escribimos. Pero estando en Cuba con un sobrino del Che, Taco Guevara, comenzamos a hablar sobre el desconocimiento que hay sobre la figura del Che. Si bien ha proliferado esa extraordinaria fotografía de Korda, esa imagen del guerrillero heroico, no se conoce en profundidad a ese hombre. Taco también me contó que había ciertos documentos y materiales escritos.
A partir de ahí fuimos profundizando en la idea de hacer un documental, descubrimos los archivos secretos del Ejército boliviano. Además, la familia y, fundamentalmente su esposa Aleida, a quien le estaré agradecido toda mi vida, nos dio acceso a todos los materiales más íntimos.
Con todos esos archivos comenzamos a trabajar ya con la idea firme de hacer un documental que esté narrado por el propio Che. Habíamos hecho cientos de entrevistas, pero no teníamos la idea de que cada uno contara su visión sino tratar de narrarlo a través de los materiales escritos por el propio Che. Así que empezamos a profundizar en la búsqueda de fotografías y archivos de todo el mundo.
Recorrimos los lugares donde él había trabajado y había luchado. Con todos esos materiales tratamos de hacer una biografía íntima.
El azar hizo mucho en relación a los documentos que estaban en poder del Ejército boliviano. Hace unos siete u ocho años estábamos presentado el documental Cortázar en La Paz y nos fuimos casi un mes a investigar a Ñancahuazú y La Higuera, en la zona donde luchó y murió asesinado el Che.
Pedimos en la agregaduría cultural de la embajada argentina que nos averiguaran qué documentación había sobre el Che en La Paz. Nos respondieron que no había nada, salvo el Diario del Che que estaba en el Banco Central. Como hombre desconfiado que soy, tomé la guía de teléfono y tuve la suerte de encontrarme con una voz que me dijo que fuera que había estaba todo. Nos encontramos con un tesoro extraordinario que hasta ese momento era desconocido.
Pero cuando estábamos investigando ese material nos echaron de ahí, nos dijeron que había sido un error que lo estuviéramos consultando y nos echaron. Después también nos denegaron la autorización para poder volver a verlo, bajo el argumento de que había mucha gente viva que había participado de la campaña. Pero cuando Evo Morales asumió la presidencia, yo lo entrevisté y él nos abrió la posibilidad de consultar los materiales nuevamente y de tener acceso al Diario del Che en Bolivia.
El documental abre varias puertas sobre la intimidad del Che, que eran desconocidas hasta ahora. Aparecen imágenes y fotografías tomadas por él, aparecen escritos personales, registros familiares y esa cinta despedida que le deja a Aleida con los poemas de Pablo Neruda, de César Vallejo, de Nicolás Guillén, donde él presenta a esas poesías como “lo más íntimamente mío y lo más íntimo de los dos”. A esa intimidad la asocio con un ser humano muy intenso, muy profundo. Ernesto Guevara vivió 39 años y se devoró esos años.
Tristán Bauer
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