martes, 14 de septiembre de 2010

TESTIMONIO CON TRISTEZA


Mañana va empezar el juicio Kamentzky del que soy testigo, nos llego a todos los de Santiago del Estero(Argentina) una carta desde algun militante de Cordoba y la conteste dias atras.

Leyendo este correo desde la distancia intrepreto a una percepcion con muy baja motivacion para los compañeros, que participan de una forma u otra en la busqueda de justicia.
El caminar hacia adelante no se lo hace mirando hacia el costado para ver como camina el otro, sino en la concentracion de tener seguridad uno, el camina bien, es el mejor ejemplo, si es que se quiere dar alguno. Pero el juzgar subjetivamente el caminar de otros basado en el caminar de uno, debilita al conjunto y especialmente la seguridad y estima de quien juzga. Tambien es un reflejo de una inseguridad, que necesita que el grupo reasegure su comportamiento y su conducta. Aparte que toda forma de juzgar hacia afuera siempre se hace en conocimientos parciales, el cual invalida la sentencia.
Muchos compañeros van a ser testigos en los juicios, eso implica una tremenda sangria de emociones y retornos del cual no hay una vara objetiva para medirlos. Como se expresan, como nuestras sensaciones actuan en ese momento seran y son mucho mas amplias y profundas que el limite racional, retorico o intelectual lo puede abarcar. Cada uno de estos compañeros que participan dando lo mejor de si, tienen que estar amparados en este momento en un alto grado de comprensión, solidaridad y simpatia. A quien sienta dolor se lo debe acariciar, a quien sienta tristeza se le debe dar un hombro y quien se sienta fuerte tiene que tener la humildad del valiente para ser sensible. Muchos llevan años de traumas, que no lo adquirieron voluntariamente, sino que fue impuesto en su sistema nervioso por la repeticion de adrenalinas adquiridas en el terror. Tal como un musculo se agiganta al ejercitarlo. Y aun cargando esos traumas estaran aquellos que voluntariamente se ofrecieron ser testigos, frente a un tribunal, haciendo frente a un abogado defensor que con todas sus furias, logicas, tratara de destrozarlo, en su testimonio y en sus emociones. Pueden existir especialistas que den una mano, pero tendremos que ser nosotros, los que vivimos el grito de dolor de cada uno, los que transpiramos el terror, los hermanados, las fuentesde una mano solidaria. Cada uno desde su propio interior, expresara con simpleza lo que vivio pero juntos lograremos dar un paso mas para concretar ese preciado bien de justicia, no ya para nosotros sino para quienes vienen detras. Cecilio, me contaba la mañana de antes de su muerte, la alegria que sentia de sentirse vivo, me contaba como el terror cubrio su cuerpo cuando llevaba los diarios hacia la compañia de monte y paso por una pinza en Tucumán cubierto con los diarios, y estaba vivo. Aun esta vivo en cada uno de nosotros, que lo conocimos, desde el jovencito adolecente que se paro frente al primer año de ingresantes de derecho de la UCSE que funcionaba al lado de la Merced, a motivar a sus compañeros en la lucha, ya era un ejemplo para nosotros, los viejos del centro de estudiante. Que ese ejemplo, esa vitalidad de sentirse vivo luego de la tortura, de sentir que seguira viviendo, aunque Ramiro Lopez se lo nego, siga presente en nosotros para ser el acero motivador de unidad y lucha.


Compañeros
de Uruguay,Brasil,Paraguay,Argentina,Chile,Honduras,El Salvador,Bolivia,Perú,Colombia,todos,todos debemos seguir,si aflojamos,ellos ganaron a la vida.





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