Son las 8 de la tarde en Manresa, las 6 en Abiyán, del martes 5 de abril de 2011.
Acabo de hablar por móvil con Yao, un viejo y buen amigo marfileño
"Estoy tumbado debajo de la cama para evitar las bombas y las balas que pueden entrar por las ventanas. El corazón me late alocado. Tengo miedo, tenemos mucho miedo. "
Yao es baoulé, de Bouaké, la segunda ciudad más grande de Costa de Marfil, en el centro del país y, desde el año 2003 en manos de los rebeldes que, capitaneados desde la sombra por el antiguo primer ministro Alassane Ouattara, entraron armados hasta los dientes desde Burkina Faso invadiendo Costa de Marfil y apoderándose de la mitad norte del país, financiados y protegidos por Francia, la antigua metrópoli y principal beneficiaria de los muchos recursos naturales de Costa de Marfil.
Con Yao nos conocemos desde hace más de 25 años, de los muchos viajes que he hecho en Costa de Marfil y de algunos que él ha hecho en Manresa:
"Las calles están desiertas, sólo hay cadáveres y gente armada. Las tropas de Ouattara han liberado todos los presos, les han dado armas y están matando, robando y violando por muchos barrios de la ciudad. "
Yao vive en Bouaké, pero de vez en cuando va a la capital, Abidjan, para visitar a sus hijos e hijas, que se han instalado allí. En su última visita se ha encontrado atrapado en el infierno.
"Hace una semana que no salimos de casa, hoy han cortado el agua potable y la luz, escasean los alimentos. ¿Por qué nos hacen esto? "
Me siento muy impotente escuchando y le pregunto qué podemos hacer desde aquí.
"Orar y, por lo que me dicen sus medios de comunicación, contar la verdad."
En el conflicto de Costa de Marfil se hace cruelmente patente aquello de que una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad universal y no discutible. En este caso, esta verdad indiscutible es que ha habido unas elecciones, uno las ha ganado y el otro las ha perdido, y punto. Y con ello, Alassane Ouattara, Francia, Estados Unidos y la ONU justifican todas las tonterías que están cometiendo.
Me gustaría exponer unas cuantas verdades contrastables que nos ayuden a entender ya reflexionar.
África es el continente con más pobreza del mundo y con más recursos naturales del mundo. La pobreza está sobre todo porque los recursos son explotados por intereses occidentales que se cuidan bastante de mantener el poder presidentes corruptos que los beneficien.
En muchos países de África occidental, Francia ha tenido siempre un control estricto de sus riquezas. Costa de Marfil es la "perla" de la zona: produce casi la mitad del cacao del mundo y una muy buena parte del café. Minas de oro y diamantes, algodón, fruta, caucho, etc.
En el año 2000, después de una serie de golpes de estado que Ouattara promovió desde la sombra, Laurent Gbagbo gana las primeras elecciones libres y limpias que se celebran en el país. Los resultados son reconocidos por todos dentro del país (incluso por la oposición!) Y fuera del país (Francia, EEUU, ONU, etc.). Recuerdo que en el viaje que hice allí en octubre de 2001, la sensación de la gente era de mucha esperanza. A pesar de no haber votado los socialistas (Gbagbo), aceptaban que de manera clara había ganado sin trucos ni trampas y, por tanto, el país entraba por fin en la dinámica de la democracia multipartidista y (creían) la libertad
Gbagbo, ya como presidente, inicia una serie de debates internos entre partidos políticos, sindicatos, confesiones religiosas, autoridades tradicionales, ONGs, etc., a fin de aunar esfuerzos para acabar con las rencillas internas que desde la muerte del dictador y, sobre todo, desde el golpe de estado del 99 habían creado tensiones sociales nada buenas para el desarrollo del país.
Laurent Gbagbo
Es el Foro para la Reconciliación. Las crispaciones empezaron a destensar a, las diferentes religiones hacían celebraciones ecuménicas, los diferentes jefes y reyes tradicionales se encontraban, hablaban y se ponían de acuerdo. No era una balsa de aceite, pero en el ambiente se respiraba el interés por la paz y la reconciliación.
Ouattara teme que la cohesión social en torno al presidente le aleje de la posibilidad de ganar las próximas elecciones en caso de que se hagan honestamente.
Francia y Estados Unidos están al acecho, de momento todavía controlan los puntos claves de la economía del país.
El gobierno de Gbagbo comienza gobernar: inicia contactos con muchos países (China, Rusia, Japón, Canadá, etc.) A fin de establecer los mejores tratos comerciales para sus productos y así reflotar la economía y desarrollar el país.
Francia, bajo la presión de empresas como Bolloré y Buhigues, ve peligrar su hegemonía en el país y, en consecuencia, en la zona. Había que estirarle las riendas a Gbagbo.
El 19 de septiembre de 2002, mientras el presidente Gbagbo esta en Italia participando en un foro sobre paz y diálogo invitado por la comunidad de St.. Egidio, un grupo de personas fuertemente armadas entran por la frontera norte con Burkina Faso a sangre y fuego y avanzan hasta casi Abiyán (la capital, al sur). Nadie sabía quién eran, qué querían, quien los había armado. "Queremos derribar el dictador Gbagbo!", Decían, era su único discurso.
Gbagbo vuelve rápidamente al país, el ejército de Costa de Marfil repele la agresión haciéndoles retroceder hasta Bouaké. Ayudados por las fuerzas francesas que había en el país con la excusa de hacer de fuerzas de interposición, los rebeldes controlan la mitad norte del país. El presidente Chirac llama a la negociación con los rebeldes.
"Si quieren controlar el país que se presenten a las elecciones y las ganen, no funciona así la democracia?", Respondió en Gbagbo.
Pero el ejército regular de Costa de Marfil estaba formado por militares barrigones y mal entrenados, ya que los acuerdos firmados (y vigentes!) Con Francia decían que ante cualquier agresión extranjera, las fuerzas francesas actuarían para liberar el país. Pero a pesar de que los rebeldes vinieron de un país extranjero, las fuerzas francesas no actuaron (en este caso no!), alegando que era un conflicto interno.
Es más, bajo la excusa de proteger a los ciudadanos franceses de Bouaké, se interpusieron entre los rebeldes y el ejército, justo cuando este último estaba a punto de liberar Bouaké, haciendo posible un repliegue y una realimentación de los rebeldes que les permitió hacerse fuertes en esta ciudad y así mantener el control de la mitad norte del país.
A continuación, las fuerzas francesas y luego los cascos azules crearon una "zona tapón" entre las dos partes del país, legitimando así el golpe de estado y poniendo al mismo nivel en la negociación el gobierno elegido democráticamente y los que habían montado un golpe de estado ilegítimo e ilegal. Este hecho creó una profunda frustración en la gran mayoría de la población marfileña, y despertó y potenció los fantasmas y la polémica sobre "la Ivoirité" que con el foro de la reconciliación se había comenzado a enterrar.
Comenzó un período de tira y afloja, negociaciones, crispaciones, caída económica en picado, desestabilización, cierre de las inversiones extranjeras, etc., Que llevó a una especie de gobierno de coalición en que el presidente era
Laurent Gbagbo y su primer ministro Soro Guillaume, el jefe de la rebelión.
Detrás de todo este cúmulo de despropósitos había, de manera clara pero no expresa (la expresión la hemos podido constatar desde la semana pasada con los acontecimientos desgraciados de Abiyán), la mano de Francia, EEUU y la presencia constante de Ouattara, todo ello con la complicidad de las Naciones Unidas y la "infalibilidad" de la llamada comunidad internacional.
Todo este período ha implicado un acorralamiento y un desprestigio internacional del gobierno de Gbagbo, que de manera orquestada se presenta como un dictador que se aferra al poder, un corrupto déspota asesino, etc., Olvidando que fue elegido democráticamente.
Finalmente, en noviembre pasado hubo la segunda vuelta de las elecciones entre Ouattara y Gbagbo. La Comisión Electoral Independiente, fruto de los acuerdos de paz firmados entre gobierno legítimo y rebeldes, tenía que hacer el recuento de votos y elaborar un informe de las irregularidades ocurridas durante la jornada electoral, en un periodo máximo de tres días, y tenía que enviar los resultados y los informes al Tribunal Constitucional de Costa de Marfil, órgano al que según la Constitución de este país, en teoría independiente y soberano, le corresponde establecer el ganador de las elecciones teniendo en cuenta los resultados de las urnas y las irregularidades ocurridas.
La noche del tercer día, el portavoz de la Comisión Electoral Independiente convoca una rueda de prensa al margen de muchos de sus propios miembros y, saltándose el Tribunal Constitucional, anuncia como ganador Alassane Ouattara por un margen estrechísimo.
Alassane Ouattara
Rápidamente, Sarkozy y Obama se llaman para ponerse de acuerdo y, en cuestión de muy pocas horas, la "comunidad internacional" reconoce Ouattara como "único e indiscutible" nuevo presidente del país. Gbagbo se remite a lo que la Constitución dice: espera que el Tribunal Constitucional dé los resultados y, teniendo en cuenta las irregularidades (urnas llenas antes de iniciar la votación, rebeldes que solos y con una mobilette llevaban las urnas hacia quién sabe dónde, mesas donde había más votos que votantes censados, etc.)pr oclamó vencedor Laurent Gbagbo.
Amparándose en la frase repetida miles de veces los medios de comunicación de todo el mundo, antes o después del nombre "Ouattara": "presidente electo según la comunidad internacional", que de tan repetida se ha convertido en una verdad absoluta, las Naciones Unidas y Francia han montado, por acción directa o por omisión o complicidad, unas masacres y un terror que nunca se habían visto en Abidjan ni a Costa de Marfil desde las épocas de la colonización.
Ahora han puesto en marcha, ya no pararán, pero el tendido de sangre y terror que dejarán tras de sí no tiene ni nombre ni justificación. No se acabará con la rendición o la muerte de Gbagbo (que seguramente cuando lea estas líneas ya habrá ocurrido), porque el pueblo no es estúpido como piensan. La gente sabe qué hay detrás de toda esta mascarada, y Ouattara, si gobierna, se verá obligado a reprimir la oposición, negar libertades, cerrar bocas, reprimir subversiones y, seguro, cortar muchas cabezas. Sólo podrá gobernar con un régimen absolutamente dictatorial y represor, y si no echemos un vistazo al otro lado de África: miramos Ruanda y su gobierno.
"No sé si saldré vivo", me ha continuado diciendo Yao, "pero lo que está claro es que ya no quiero seguir viviendo aquí, hace demasiados años que luchamos por vivir mejor, demasiadas frustraciones, no hay nada que hacer , nos han aplastado las pocas ilusiones que nos quedaban ".
Sólo me vienen algunas preguntas:
- Las grandes reservas de petróleo que la empresa Lukoil ha encontrado en la costa del país, de las que tiene la concesión de explotación, las explotará en un futuro?
- ¿Por qué los pro-Ouattara han liberado y armado con fusiles los prisioneros de Abiyán y al cabo de dos días el ejército francés y las Naciones Unidas bombardeaban los depósitos de armamento del gobierno porque decían que los pro-Gbagbo las utilizaban para robar y matar la población civil? Quiere decir que miles de prisioneros armados han decidido dejar las armas e irse pacíficamente hacia su casa?
- Sacar adelante el proyecto del gobierno Gbagbo de convertir el puerto de Abidjan (el más importante de África del Oeste) en un puerto abierto al comercio con potencias emergentes como China, Rusia, Brasil, India, etc. ?
- ¿Por qué lo que siempre habían sido las fuerzas rebeldes y después las fuerzas nuevas (fuerzas nouvelles), el mismo lunes que comienzan el avance mortal hacia Abidjan ya se llaman Fuerzas Republicanas?
- ¿Por qué, en nombre de la protección de la población civil, Francia y la ONU atacan las fuerzas gubernamentales, leales a Gbagbo, y protegen el ejército republicano, cuando son éstos los que han cometido más atrocidades y mortandades, reconocido por la propia ONU?
Cómo puede ser que las Naciones Unidas reconozcan que sólo ha habido un millar de muertos y en cambio se hable de una crisis humanitaria de más de un millón de refugiados y desplazados, y más teniendo en cuenta que no se puede salir de Abidjan, donde en teoría están los combates más feroces?
Ojalá me equivoque, pero a partir del domingo 10, si no antes, veremos por televisión las dramáticas escenas de millones de refugiados huyendo del infierno de Abiyán con fardos en la cabeza en dirección a cualquier lugar donde no los maten. Y quizás la "comunidad internacional" tendrá la soberbia de decir que son los criminales pro-Gbagbo.
Luis Pinyot y Planes
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