lunes, 14 de agosto de 2017

LA GUERRA DE GUERRILLAS SILENCIOSA

Accidentes: cuando la muerte es prevenible

El adagio popular no falla cuando dice que no son ni tan accidentales, ni tan inevitables, aunque la sabiduría pueda parecer (nos) a veces camino trillado. Porque la precaución es una de esas pocas cosas que, para tenerla, depende solo de la importancia que le demos

El adagio popular no falla cuando dice que no son ni tan accidentales, ni tan inevitables, aunque la sabiduría pueda parecer (nos) a veces camino trillado. Porque la precaución es una de esas pocas cosas que, para tenerla, depende solo de la importancia que le demos. Y con frecuencia “la consabida relevancia” redunda en nada más y nada menos que la vida. La nuestra, la de otros, la de todos… en una escena que dolorosamente se repite, ¿accidentalmente?
Cada año, cerca de 1,25 millones de personas mueren en las carreteras del mundo entero, y entre 20 y 50 millones padecen traumatismos no mortales, pero que son una causa fundamental de discapacidad, reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS); que sin embargo, desglosa cuidadosamente estas estadísticas en su Informe Mundial de la Seguridad Vial,  para decirnos que los traumatismos causados por los accidentes de tránsito representan el 48 % de las defunciones entre los adultos con edades comprendidas entre los 15 y los 44 años.
Si aún no le parecen alarmantes las cifras, imagine entonces más de 3 000 defunciones diarias, y más de la mitad de estas personas, lea bien, no viajaban en automóvil. El Informe del Decenio de acción para la seguridad vial 2011-2020, de la OMS, es claro al estimar que el 90 % de las defunciones por accidentes de tránsito tienen lugar en los países de ingresos bajos y medianos, donde se halla menos de la mitad de los vehículos matriculados en todo el mundo.
Ello, insiste el organismo internacional, se debe, en parte, al rápido aumento del mercado de vehículos de motor sin que haya mejoras suficientes en las estrategias sobre seguridad vial, ni la planificación del uso del territorio.
Es decir, pierde la vida mucha gente joven, sana, que no debiera, sin otra explicación que «un descuido», «una infracción», o varias. Muertes que hacen de los accidentes de tránsito un importante problema de salud pública pese a los avances logrados en algunos países.
Justamente, el 12 % de las muertes ocasionadas por el tránsito a escala mundial tienen lugar en las Américas, donde los traumatismos cobran la vida de unas 154 089 personas al año, de acuerdo con el Informe 2016 sobre seguridad vial en la región, de la Organización Panamericana de la Salud. La tasa de mortalidad debida al tránsito en toda la región es de 15,9 por 100 000 habitantes, cifra inferior a la tasa mundial de 17,4. Sin embargo, tras este promedio regional se ocultan  marcadas diferencias de un país a otro, sostiene el texto.
Cuba no escapa absolutamente a esta problemática. De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud del 2016, los accidentes (dentro de los cuales se contemplan los de tránsito) son la quinta causa de muerte en el país, con una tasa de 49 por cada 100 000 habitantes, y 5 505 defunciones el pasado año. De estas muertes, 916 correspondieron a accidentes de vehículos de motor y 130 a otros accidentes del transporte.
En días recientes, la Dirección Nacional de Tránsito informaba a la prensa que en los últimos cinco años se produjeron en el país 56 605 accidentes del tránsito, con un saldo de 3 696 fallecidos, 42 171 lesionados, y pérdidas económicas estimadas en 2 500 millones de pesos.
Entre los factores de riesgo fundamentales que inciden en la accidentalidad, las autoridades competentes mencionaban la escasa percepción de riesgo por parte de la población; la existencia de un parque vehicular envejecido, con limitaciones técnicas y de seguridad; deficiencias en el estado de la infraestructura vial y de la señalización, entre otros aspectos.
Pero, entre las principales causas que mayor mortalidad han producido en el último lustro, resalta la conducción de vehículos a exceso de velocidad o bajo los efectos del alcohol; los animales sueltos en la vía y el no respeto al derecho vial.
De hecho, por ejemplo, un nuevo reporte de la OMS denominado Reducir la velocidad, es tácito al exponer que la velocidad excesiva o inapropiada contribuye a una de cada tres muertes por causa del tráfico a nivel mundial, al tiempo que asegura que las medidas para evitar las altas velocidades, en particular en zonas urbanas, pueden prevenir muertes y lesiones por el tráfico, y hacer a las poblaciones más saludables y a las ciudades más sostenibles.
La legislación es fundamental para las iniciativas destinadas a mejorar el comportamiento de los usuarios de las vías de tránsito y disminuir el número de víctimas. En Cuba, si bien las autoridades han reforzado las medidas de prevención y enfrentamiento ante aquellas indisciplinas viales que más impacto tienen en la accidentalidad, resta mucho trabajo por hacer en cuanto a la concientización y la aplicación con rigor de la ley, ante la exigencia de que todos los conductores tengan la licencia de conducción, el uso correcto del casco de protección y medidas contra el exceso de pasaje.
Solo con precaución y responsabilidad podrá cada uno de nosotros, ya sea como peatones, conductores o pasajeros, andar seguros en la vía, y en la vida.

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