jueves, 3 de agosto de 2017


El gobierno venezolano tiene la iniciativa. Columna de Lois Pérez Leira

El analista internacional recuerda el comentario irónico de Julian Assange, que Maduro haga una constitución como la de Arabia Saudita para no sufrie el embate de Estados Unidos.

El resultado de las elecciones constituyentes de Venezuela ya comienza a dar distintas señales en varios sentidos. Mientras la oposición continúa convocando a movilizaciones y actos de violencia -cada vez más rechazados por la población- el gobierno toma medidas ejecutivas, para la pacificación del país.
Una de las señales más claras, fueron las declaraciones del Presidente de la Asamblea Nacional y líder de la oposición Julio Borges, quien desestimó la posibilidad de convocar a un gobierno provisional. Esto demuestra la debilidad que tiene en la actualidad la famosa y fantasmal “Hora Cero” de la oposición.
El gobierno por su lado mostró firmeza al enviar nuevamente a la cárcel a Leopoldo López y Antonio Ledezma por violar la normativa carcelaria.. Otra señal de poder es la instalación de los constituyentes, en el recinto de la Asamblea Nacional.
A pesar de que continúa la presión internacional para deslegitimar a la Asamblea Constituyente -ahora poniendo en tela de juicio la transparencia del resultado electoral- lo cierto es que este proceso es imparable y tiende a profundizar esta revolución bolivariana, con la propuesta de más chavismo trasformador.
La oposición ha demostrado que no puede tumbar al gobierno y los EEUU de que no se anima a intervenir directamente en este país. A pesar de tomar medidas simbólicas contra el presidente Maduro.
El petróleo venezolano sigue siendo necesario para este país. Mas en un momento que el oro negro tiende a subir y se espera un invierno frio. Por otro lado en la larga conversación de Trump y Putin el tema venezolano seguramente estuvo presente en el debate. Para Rusia una interferencia en este país seria contestada de forma inmediata.
Antes de las elecciones Rusia acusó a Estados Unidos de ejercer presiones políticas sobre Venezuela y advirtió de que la desestabilización de ese país sería una amenaza tanto para la democracia venezolana como para toda Latinoamérica.
“Advertimos con preocupación el aumento de las tendencias negativas y de la situación desestabilizadora en la República Bolivariana de Venezuela, que está unida a Rusia por estrechos lazos de amistad y asociación estratégica”, informó el ministerio ruso de Exteriores en un comunicado.
Rusia considera que la actual tendencia “es una amenaza para la estabilidad democrática de ese país y puede tener consecuencias muy graves para la situación en la región latinoamericana, en general”.
“El agresivo aumento de las presiones políticas y sancionadoras sobre Caracas por parte de Washington disiente de la postura de muchos miembros de la comunidad internacional, que abogan por la búsqueda de soluciones constructivas para los problemas internos de Venezuela”, apuntó.
Arremetió además sobre el anuncio de EEUU de que la situación en Venezuela representa “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional”.
“Confirmamos nuestra firme solidaridad con el pueblo de Venezuela y sus dirigentes elegidos legalmente, y nuestro decidido rechazo ante cualquier tipo de acciones violentas y golpes de Estado como método para desbancar a Gobiernos legítimos de estados soberanos”, recalca la nota oficial rusa.
Esta firme posición seguramente la tuvo en cuenta el gobierno norteamericano antes de realizar cualquier aventura bélica.
Mientras el ajedrez político continúa, ganando por ahora las piezas blancas del gobierno, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, ha comentado de manera irónica la actual situación en torno de Venezuela y los intentos de EEUU de interferir en los asuntos internos del país latinoamericano.
“No entiendo por qué [el presidente de Venezuela, Nicolás] Maduro no se apresura y adopta la Constitución saudita para que el Gobierno de EEUU esté contento con él”, señaló Assange en alusión a las draconianas leyes que rigen en Arabia Saudita, cuestionadas por numerosos defensores de derechos humanos.

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