jueves, 18 de octubre de 2012


Galtieri presentó una masacre de militantes montoneros rosarinos. 

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En la madrugada del 17 de octubre de 1976 los Cumpas detenidos y torturados fueron trasladados hasta Los Surgentes, Córdoba. Allí los formaron en fila y los fusilaron.
 LOS SURGENTES, UN FUSILAMIENTO HISTORICO Y UNA MASACRE

Por Dario Juich

Se cumplen doscientos años del fusilamiento de Santiago de Liniers en elChañarcillo de los loros aquí en Los Surgentes y Treinta y cuatro años se cumplirán, este doce octubre (2010), de la asunción de Leopoldo Fortunato Galtieri como titular del Segundo Cuerpo de Ejército con asiento en Rosario y jurisdicción sobre las provincias de Santa Fe, Chaco, Formosa, Misiones, Corrientes y Entre Ríos.

Malvinas fue posible por el ascenso del general promovido por las grandes empresas del litoral argentino, una gruesa cuestión histórica que, sin embargo, no se discute ni públicamente ni en las escuelas de la región ni tampoco del país.

Cinco días después de asumir, Galtieri presentó una masacre de militantes montoneros rosarinos en el territorio de su principal competidor en la interna del partido militar, Luciano Benjamín Menéndez, en Los Surgentes, en la provincia de Córdoba.

A tres décadas de aquel fusilamiento masivo, antecedente de Margarita Belén, esta es la historia de una Rosario desconocida que, todavía, no quiere mirarse en profundidad por temor de descubrir en sus próceres del presente a algunos responsables del genocidio.

El orden de los cien años

Cuando asumió como Comandante del II Cuerpo de Ejército, Leopoldo Galtieri hizo público su proyecto.

No se detuvo en pequeñeces.

Quería instalar un orden de 100 años.

Su propio Reich.

Era el 12 de octubre de 1976, Rosario fue testigo.

-Soplan nuevos y bravíos huracanes en el mundo que también tocan a nuestra tierra. Otro tipo de lucha, no como la de antes, frente a frente, a la bayoneta o a la carga o al entrevero, otro tipo de lucha, en otro terreno que la Argentina, los argentinos y el ejército de hoy no buscó...A ello sumados el desorden, el caos y la corrupción. Ha cerrado un ciclo de 100 años y abre otro de esperanza de 100 años para la Nación y el pueblo argentinos...

Antes de Malvinas, Galtieri ya estaba loco y quiso perpetuarse en el poder a través de la inteligencia de sus torturados.

La matanza de los Surgentes

Galtieri inició su proyecto con fusilamientos de detenidos torturados en el Servicio de Informaciones.

En la madrugada del 17 de octubre de 1976, Cristina Constanzo, María Cristina Márquez, Analía María Murgiondo, José Oyarzábal, Sergio Jalil, Eduardo Laus y Daniel Oscar Brajacoba, fueron trasladados de la ochava de San Lorenzo y Dorrego hasta Los Surgentes, en la provincia de Córdoba.

Allí fueron bajados, los formaron en fila y los fusilaron.

Dejaron las cápsulas servidas.

Luego transportaron los cuerpos hasta el Hospital San Roque y terminaron en una fosa común en el cementerio de San Vicente, en la ciudad de Córdoba.

El caso sirvió para demostrar la práctica de algunos sacerdotes que vendían información falsa a los familiares, como el padre Héctor García, secretario del entonces arzobispo rosarino, Guillermo Bolatti; o el accionar del capellán policial, desde 1964, Eugenio Zitelli, que no condenaba la tortura, si no que, solamente, podía alarmarse si le decían que violaban alguna mujer.

De hecho, ni FECED ni ninguno de los suyos le iban a decir que violentaban adolescentes torturadas.

DETALLES

En 1997, a veintiún años de los fusilamientos de Los Surgentes, recién se reconstruyó parte de la historia a través del relato de algunos testigos.

Dionisio Tesán, productor de cerdos de la zona, fue el primero que durante la mañana de aquel 17 de octubre de 1976, vió los cuerpos de los muchachos.

-Ví allá a lo lejos un bulto grande, en la calle, en una huella, del lado izquierdo, yendo de acá para el lado del norte y cuando me arrimé cerca y me encontré con una gente y le pegué el grito desde arriba de la chata.

-Ví que no se movieron, me fui a mi casa, tomé unos mates, le conté a un pariente que había gente durmiendo y que me extrañaba porque estaba muy frío y estaban con remeras rotas, con pantalones cortos, relató Tesán.

El médico que los atendió en primera instancia fue el doctor Alberto Minella que emitió los siete certificados de defunción.

-Yo le conté al juez que había cápsulas y que incluso había chicos que se las llevaban de recuerdo y me preguntó si conocía la diferencia entre cápsula y proyectil y le dije que si.

-Después pasé un día por ahí, por la ruta, y habían desaparecido las plantas y lo habían tapado con tierra a ese lugar.

- Era una alcantarilla, un cunetón de 20 metros de largo donde estaban todos los cadáveres, como si hubieran estado formados y hubieran caído, no dispersos, si no todos juntos, sostuvo el profesional.

En "El Pozo"

Las siete personas nombradas fueron conducidas al Servicio de Informaciones (S.I.) de la Unidad Regional II de la Policía Provincial donde fueron torturadas según los testigos.

-Fueron varios los testigos del caso ya que a esa fecha eran varias las personas detenidas en el S. I. conviviendo con los nombrados.

Ante la resistencia que oponía Ana Lía Murguiondo al ser interrogada, el propio ex Jefe de Policía Comandante de Gendarmería Agustín Feced la torturó con golpes de puño, disponiendo posteriormente que se aplicara picana eléctrica a su pequeña hija.

El día 17 de octubre de 1976 a la madrugada los juntaron a todos en una oficina, obligándolos a acostarse boca abajo, uno al lado del otro, esposados con las manos en la espalda y las vendas reforzadas, y se los llevaron.

Al regresar, los que los asesinaron comentaban que la operación de Los Surgentes no había tenido inconveniente alguno.

De estos crímenes fueron responsabilizados el Comandante de Gendarmería Agustín Feced, Comisario Saichoux (fallecido), Comisario Guzmán Alfaro (a) El Mudo, Oficial Lofiego (a) El Ciego o Luzbel, Oficial Marcote (a) El Cura, Oficial Nast (a) El Ronco, Scortecchini (a) Archie y los apodados Beto y Fino (Carta de Gustavo Píccolo y Carlos Pérez Rizzo desde Devoto)

A tan solo 100 metros de la ruta provincial Nº 6 y a 10 kms del pueblo, no hay ninguna referencia histórica de lo sucedido, ni tampoco en el  cunetón de la masacre, como si la hay en el lugar del fusilamiento de Liniers a 5 kms de la localidad, solo hubo una vez hace unos años en la pared de una garita de colectivo una bicicleta pintada (la de Pocho Leprati), como si estuviera yendo hacia el lugar .

Este hecho coincide con una fecha histórica del peronismo, (sabemos de la maldad y la locura de quien lo ordeno), a veces nuestro Día de la Lealtad tapa este hecho triste que nunca debería haber sucedido y quizás por es no se lo recuerda.

Algún día, tal vez, quieran, a modo de homenaje, poner una placa y unas flores en el lugar.-

DJ/


N&P: El Correo-e del autor es Dario Pajaro Juich pajaro@coopsur.com.ar

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